Delirios
I
La golondrina
las mariposas
los secretos
nadie
ni siquera los cristales
pueden
mirar hacia adentro
cuando el deseo
nace
cargado de plumas.
II
Hay veces
que miramos el morir de los insectos
y todo si pierde
como un andar de nubes
aunque nos parezca
demasiado temprano.
III
Entre plumas
he perdido mi locura
sin dejar huellas.
Déjame que duerma
con el canto de la ranas
bajo un cielo compadecido
Soy el pecado del sueño
y el llanto
que en mi lecho de bronce y espuma
flota.
La tristeza de la ballena
al despertar en la noche.
Déjame ir hasta las casas de los gorriones
que no descansan
ni esperan otros pájaros
déjame vivir entre ellos
que habitan cualquier lugar.
IV
Mi palabra dormida entre hojas
días más largos
noches sin máculas
para volver
pero nadie está seguro aunque desee el paraíso.
Mis manos y mi cuerpo
mis pensamientos jamás negados
la brisa
el fuego
que gira.
V
En esta casa de deseos
he presentado las manzanas
a una lluvia melancólica
que todavía copula.
Amar intrigados.
aves que vuelan sobre nuestras cabezas
llenan de ausencia las iglesias
y de hojas las ventanas.
Déjame que me asome
y confiese
mis delirios abstractos.
Nina Reis, setiembre de 2000
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