viernes, 15 de agosto de 2008

NATALIA BIANCHI Café literario luz y luna actividades julio

EL CABALLERO Y SU GUITARRA.

Esta es la historia de un caballero que era muy amigo de la guitarra. Este caballero llamado Juan tenía una vida solitaria y triste hasta que un día algo inesperado pasó: iba caminando con su guitarra al hombro tratando de dibujar una sonrisa en los rostros de las personas para las que él hacia sonar la dulce melodía de su amiga la guitarra.

Ese día, despues de recaudar algunos pesitos, los guardó en la funda con la cual protegía su instrumento. Salió a caminar sin destino.

Juan no había aún encontrado el amor. En ese momento, pasó por un pequeño bosque y se sentó en un tronco a descansar. Entonces la vio, estaba ahí desarreglada, con su cabellera dorada, los pálidos rayos del sol otoñal iluminaban tenuemente una mirada que parecía alejada y ajena a este mundo. Se observaron desde lejos. Juan, como era todo un caballero, se le acercó y le tomó la mano. Entonces Anita sintió algo que para ella era nuevo: un sentimiento de temor le rogó el aire por un instante; al mismo tiempo sintió una fuerza inexplicable que la empuja a los brazos de ese caballero desconocido.

Juan le contó su historia entre lágrimas que nublaban su mirada y por momentos un nudo en la garganta reflejaba el dolor en el alma del caballero y cada palabra significaba el silencio de su mirada. Anita lo único que pudo hacer fue mirarlo y sin decir nada lo abrazó y con sus manos acariciaba su cabeza.

Anita también le contó su historia, le dijo que había sido feliz hasta que el hombre que amó con todo su corazón la abandonó. Le dijo que había encontrado refugio en los versos que escribió. Hoy eran solo recuerdos que atesoraba en lo profundo de su alma. Juan le preguntó como había llegado a aquel bosque desolado y fuen entonces qeu le contó del incendio por el cual los dulces versos que había escrito eran solo un recuerdo. Al mirarse fijamente a los ojos, se dieron cuenta que sus vidas a partir de ese día serían una sola y desde aquel momento Juan tocaba la guitarra para su dama de cabellos dorados.

Hoy

Me acuerdo de tu carita, mediodía otoñal; tengo aun en mi caberza aquella imágen desgarradora, te vi acercarte hacia mí y pude ver en tu rostro una triste realidad, observé esa mirada de niño olvidado y comencé a imaginarme cómo sería tu vida: un acasita precaria con techo de chapa, y pude sentir por unos instantes el frío que recorría tu cuerpito reposado sobre un incomodo pedazo de goma espuma, y a la vez sentí en carne propia como la tierra y las raíces de los árboles lastimaban tu espalda, y te vi con un retazo de tela qeu te cubría hasta la cintura. Te levantabas a la madrugada a vender estampitas para poder llevar un pedazo de pan a tu familia, entonces subías a un colectivo y la gente te miraba....pero lo único que te regalaban era un silencio, que hacía caer por tu mejilla una lagrimita que secabas. Pulóver deshilachado, y al terminar con tu trabajo contabas tus monedas que llegaban a ser solo centavos y no alcanzaban para que tú y tus hermanitos se alimenten, entonces vi cómo avanzabas hacia un contenedor que tenía una bolsa negra recién arrojada, al estirar tus manitos tomas de la bolsa, restos de comida que luego llevas a tu boca sin pensarlo. Yo te observaba, estando a tan solo unos metros tuyos pensaba en tu gran corazón y el amor que sientes por tus hermanitos.... pero a la vez habías despertados en mí la impotencia de no poder cambiar la realidas.

07/07/2008

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