http://youtu.be/SC92Z2fHNy4
AL NIÑO JESÚS
Para cantarte nanas,
su dulce voz
le pediré prestada
al ruiseñor.
¡Con qué ternura
haré mi voz tan suave
como sus plumas!
Remirando tus ojos,
niño ya duermes,
los míos no se cierran;
no te despiertes.
Si estás dormido,
para no despertarte...
ya no respiro.
Si adentro te acaricio,
niño que sueñas,
me suben por los dedos
temblor de sedas.
Son brío y ríen,
que me rozan diría
dos mariposas.
Coloreando “luz
tuya” está el cielo;
a perfecto dibujo
yo lo encomiendo
que sabrá a puro Dios
por poco o... mucho
que –aun– lo quiera yo.
Duerme, Jesús, ¡sí!, sólo
tan sueño duerme
(¡ay!, duérmete de todo).
su dulce voz
le pediré prestada
al ruiseñor.
¡Con qué ternura
haré mi voz tan suave
como sus plumas!
Remirando tus ojos,
niño ya duermes,
los míos no se cierran;
no te despiertes.
Si estás dormido,
para no despertarte...
ya no respiro.
Si adentro te acaricio,
niño que sueñas,
me suben por los dedos
temblor de sedas.
Son brío y ríen,
que me rozan diría
dos mariposas.
Coloreando “luz
tuya” está el cielo;
a perfecto dibujo
yo lo encomiendo
que sabrá a puro Dios
por poco o... mucho
que –aun– lo quiera yo.
Duerme, Jesús, ¡sí!, sólo
tan sueño duerme
(¡ay!, duérmete de todo).
José REPISO MOYANO
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