LAS MUJERES DE AMÉRICA
todavía preservan la lluvia
germinan y paren como los manantiales.
Sus temores hartos de líquidos
encierran el viento
y sus gargantas construyen pañales.
Apuradas amamantan sus hijos
temen que estrangulen sus perros
quemen sus gallinas
o escondan el agua.
Aún se visten de pajas
nadie decreta nada a los muertos
tampoco las consume el fuego
que cohabita con sus raíces.
Beben lo que no tienen
porque hay goteras en sus casas
llevan aguaceros en sus espaldas
aunque el cielo no las deje
La mujeres de América
antes que se oscurezcan el sol y la luna
mezclan sus óvulos
transbordan
multiplicadas
permanecen intactas.
Son testigos sus nietos
del frío de las polillas
de sus tierras codiciadas
herederos
de la otra mitad del sol
donde las viudas pueden bailar.
Nina Reis - Brasil
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