LA ENSEÑANZA
La enseñanza es una actividad dura,
pero sublime cuando la vocación es auténtica.
Uno se siente en el cielo,
cada niño es un angel que te ilumina,
un hijo del alma que debes moldear,
alimentándolo de nobles sentimientos.
Enseñar es lindo, tiene mucho de divino,
te hace sentir madre espiritual
comprometida con la vida,
con el anhelo divino de forjar un mundo mejor.
Cada niño te acerca a Dios,
cuando lo ganas con dulzura y amor.
Nuestra misión es cuidar su inocencia
ahora y siempre, alimentándola en el bien,
para lograr a través de ellos cambiar la sociedad
en un hogar colmado de virtudes sacrosantas
florecido de castas azucenas perfumadas de amor divino.
SABOR A TIERRA DULCE
Sabor a tierra dulce
donde la luz fulgura
y eleva al Universo
al mundo del amor.
El frágil tiempo hoy clama
la union entre los pueblos.
Usemos nuestras manos,
obreros, estudiantes,
forjemos los cimientos
de un mundo mejor.
Cada uno de ustedes
es santo misionero,
samaritano noble
que florece esperanzas
luminosas de vida,
justicia, paz y amor.
La tierra nuestra madre,
prolífera, eficaz,
con bondad dará todo
si a ella te inclinas
y te brindas amante
con fe a trabajar.
¿No sabes tú, acaso,
que el agua es la vida
que abre las entrañas,
que el aire es el soplo
de la fertilidad
y el sol es la caricia
que en su calor la arropa
encendiendo la vida
comándola de paz
y de felicidad?
El ser divino y puro
que cada mundo humano
encierra dentro de él,
es obra sacrosanta
que debe cultivar:
con fe, estudio, trabajo,
paciencia y voluntad,
para ayudase él
y al prójimo ayudar.
VIAJANDO
Viajando de noche
descubrí el encanto
del cielo que muestra
el poder de Dios.
Absorta contemplando
el vasto firmamento,
los millones de soles
que bordan el azul
profundo de la noche,
me sentí iluminada
y adoré en silencio
la diestra poderosa
de nuestro Creador.
Comprendí meditando
bajo el capuz sublime,
que más allá de aquí,
otras esferas giran
y en silencio nos hablan
con guiños y sonidos
que estalla el Universo,
misterios insodables,
infinitos, perfectos,
del Alfa y el Omega
del trono inmobil y puro
del Padre Eterno Dios.
Es que no estaba sola,
Jesus me acompañaba,
sentía su presencia
que colmaba mi alma de paz y de amor
Fue contemplar el cielo
duranto todo el viaje,
florecer a la vida,
amarla más que nunca
con infinito amor.
ERA UN CAMPO
Era un campo desvastado
deshabitado de todo,
era un páramo sombrío;
pero elevé la mirada
y ví al sol que nacía,
descubrí en ese instante,
¡cuanta belleza allí había!
Era un campo abandonado
pero el cielo era delicia,
obra de arte del Supremo:
música, color y poesía.
GRACIAS A DIOS
Gracias a Dios hasta aquí llegué,
mia años ya son bastante,
se va acortando mi andar
por el mundo terrenal.
Hoy vislumbro el azul cielo
de mi hogar celestial
donde junto a Jesucristo y a mis seres queridos
gozaré perpetua paz.
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