lunes, 15 de noviembre de 2010

JUAN FILLOY, DEL LIBRO AQUENDE, NIEVE EN LA CIUDAD, 8

8


Mientras ando gozando la sinfonía blanca del paisaje, la carne amoratada de un chiquillo descalzo da su tremenda disonancia. Súbito, la injusticia acogota la belleza. ¡Y surge el dolor de los hogares sin fuego y sin pan!....Con vergüenza de mi felicidad, escupo sobre la nieve. Doy la limosna de mi echarpe.....Y al primer estornudo, añoro la cálida gama blanca de Edgar Degas.

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