martes, 3 de agosto de 2010

CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, RAQUEL PIÑEIRO MONGIELLO, FUNES, ARGENTINA

Hoy sátiras cotidianas
anotan otro zurcido
y en el final de la tarde
siguen intemperies de avisos
poniendo la voz en alto,
mientras la vida se va
como si nada pasara,
y en esa entrega de savias
nunca brillantes,
espasmos no saben hacer,
con ese hastío del alma y del cuerpo
que cansado de tanto esfuerzo,
todavía se distrae imaginando
su propio nombre, su propio sentir,
para que perdure en una fotografía
donde se pueda mirar con gestos palpitantes
y pensar que los almanaques de mañana
vendrán en mejores condiciones.


DE FANTASÍAS

No parece tan breve
el tiempo de la nostalgia
o ya no se si me sirve
este inevitable silencio
porque parpadea una vez más
en el blando lecho de fantasías
donde profano la quietud,
y mientras a distancia,
gestos no publicados
circulan entre dulzor de monedas,
cardúmenes señalan
una trasgresión incandescente.



COMO UN MILAGRO


Siento debo buscar
un sitio a salvo,
para poder ubicar
todas mis criaturas
y rechazar definitivamente
posturas que se revuelven
dentro de mis genes.
Siento debo patear basuras
e incómodos apéndices,
librar todas las batallas
y sin interrogantes ni miedos,
flotar en el área de mis zonas sagradas.
Siento debo parirme
dentro de esa porfía latente,
sentir el sabor de lo indescifrable,
que aún permanece,
y casi como un milagro
se erige, desde el grito primal
de mi existencia

8/10/2009


BIBLIOTECA DE COSAS



Redes de caligrafías
llenas de sales y marionetas
acechan una biblioteca de cosas,
que en descubierto,
hacen nuevas coreografías
y sin lamer más reclamos
aparecen con gritos,
para ganarle una partida
a los escombros,
y figurar en los nuevos correos,
que seguramente mañana
traerán narraciones
de un viejo reloj,
emigrando siempre
desde sus horas de arena.

4/2/2010


BOHEMIAS

A un puñadito de mi alma
le propuse bohemias,
para dar un gran salto en el aire
y extirpar lastimaduras
que aún atropellaban.
Cabalgué por tormentas de vientos,
y entre forcejeo y forcejeo
de viejas ironías,
me habité desparramada
entre los fuegos,
soñé con una osadía instintiva
de mandatos incandescentes
y entre territorios orientados,
descubrí el nuevo tributo
que debía pagar,
a la alquimia de mis relojes.



Raquel Piñeiro Mongiello

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