Cristino Alberto Gómez. Nació en Loma de Cabrera el 24 de julio de 1987. Es Ingeniero Agrónomo egresado de la Universidad EARTH en Costa Rica (2008). Allí recibió el “Premio Biblioteca W. K. Kellogg de Poesía 2007”. Un año después, su bitácora digital (cristinogomez.blogspot.com) fue galardonada como uno de los cinco Blogs Distinguidos de Literatura Dominicana en el marco de la XI Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2008.
Estudia una maestría científica en Socioeconomía Ambiental, en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza.
Ha sido miembro de los equipos editoriales del Periódico Loyola Informa (2001-2003) y la Revista Eeehh? (2007-2008). Igualmente, ha actuado en los grupos de teatro universitario del Instituto Politécnico Loyola y la Universidad EARTH. El autor es miembro del Movimiento Poetas del Mundo. Ha publicado sus poemas en diversos medios impresos y digitales. Recientemente ha puesto en circulación, a través de la editorial Lulu, su libro de poesía “Ha vuelto el agua”.
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Cantaré contigo
A Noris Roberts
Llegarás del cielo,
paloma de paz,
trayendo un poema
y cantando al vuelo
tantos versos más.
Cantaré contigo
y América Linda,
colmada de sueños
como el sol que nace
después del rocío.
Mi canto es tan solo
que sólo es un llanto;
al hallar el tuyo
será nuestro canto.
Cantaré contigo,
paloma bendita.
Sentiré el poema
que quema tu alma
como fuego al nido
que ayer construiste,
antes que los valles
se hicieran de trigo.
Lloraremos juntos
contemplando el río
do sueltan sus lágrimas
tu hermano y el mío.
Llegará la noche,
paloma, y el frío
llenará de abrazos
mi helado bohío.
Mi pecho tu almohada,
tus alas mi abrigo,
soñaremos juntos
que somos amigos.
Cristino Alberto Gómez
11 de julio del 2008
En la playa
Hace frío en la playa.
Despierta la amada
con el salado beso
de las olas bravas.
“Es brisa de agua”,
comenta.
Se yergue
y se pierde
entre mis brazos.
Un libro cae
sobre la arena blanca.
Al fin descansan,
descubiertas, sus hojas
ya recorridas
por ávidos ojos,
como la Duarte
un día cualquiera.
Aún vive la tarde.
Se abre paso
entre las nubes
el sol de las cuatro.
Caminan arañas
a través de mi espalda,
uñas, navajas,
rastrillos, dragas;
estrellas en mis párpados;
higüeros en mi cara.
Diminutos riachuelos
desaguan en la playa.
Agua salada y tibia;
fervor que desalma.
Se adormecen las olas;
calor hace en la playa.
Oyendo el eco
de su propio grito,
sobre mi pecho
se duerme la amada.
Cristino Alberto Gómez
Lunes 23 de junio del 2008
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