jueves, 10 de septiembre de 2009

OMAR ILARI

COMO NIÑOS, NIÑOS


Que tiempo distinto…
qué frío distinto,
qué frío que invade,
qué frío que arrasa,
que cala profundo
como un espíritu de muerte,
como si hubiera muerto
toda mi historia
de golpe
y mis amigos no están
y no viven siestas.

Y las calles tan coquetas
dejan ver imperfecciones,
juego de golpe de vistas,
ayer eran los sapos aplastados
hoy son los sueños desdibujados
y el ocio de los charlatanes
que me matan el pueblo
y me lo condenan a este tiempo
de un frío distinto.

Si supieran cuando todo era nada
pero era todo en nosotros,
cuando atrapábamos mariposas
cuando los regadores pasaban inundando
charcos que se multiplicaban
con manchas de colores
y los parquecitos invadía,
y juntábamos ese mango
para gastarlo en la noche,
la noche cálida,
la calidez en que no importa
porque hacía más frío el frío
pero era tan distinto.

Pero no quiero decir que lo antiguo
era mejor, sólo era antiguo
como nosotros,
jóvenes antiguos,
que vivían como niños de siempre
que respetaban como niños de mentira
que honraban a los viejos
como niños de fantasía
que jugaban como niños insaciables
que se ensuciaban, como niños ignorantes
que ignoraban sabiamente
como niños sabios,
que sabían de inocencia
como niños niños.

Que tiempo distinto
que frío distinto
que frío que cala
que abusa, que no respeta
que frío de
estaciones perdidas,
de veranos extraviados,
fríos de temperaturas elevadas,
de gritos silenciosos
se sueños ahogados,
un frío de adentro.
Escarchas de vidas
que miran la nada
con que son invitados
a vivir el presente.

No encuentro el paisaje,
no está allí afuera,
decido inaugurar reinos
para calentar mi adentro.
Te decido en mi.
Te invito a mi mesa
y todo será nuevo,
como niños de siempre,
que respetan como niños de verdad,
que honran a los viejos
como promesa de larga vida.
Que juegan como niños insaciables,
que se ensucian,
como niños ignorantes,
que ignoran sabiamente,
como niños sabios,
que saben de inocencia
como niños niños.


COBERTURA

Una cobertura
Alas
plumaje cálido
sobre una estructura débil
que se estremece
en el fin del vacío.
Seguridad
Necesitaba seguridad.
Seguridad que clamó,
que se escuchó en la legua,
en el valle
en el desierto,
donde se mueren
las distancias.

Una cobertura
de plumas blindadas,
de tanto amor ágape
que acaricia,
sobre los nostálgicos
y los temerosos
que se anulan
ante la vida

Seguridad
En la seguridad del alma
Otra seguridad es vana,
que aunque mil alas
intenten cubrir estructuras
no existen plumas
más cálidas
que las que alientan
el alma
y la miman
y la duermen
para dejar la segura
Otra seguridad
es vana.


LÍNEAS Y PUNTOS


Tenemos líneas
que nos imitan y moldean
nos decimos libres
dentro de nuestra prisión
y las láminas que caen
parecen estorbar el camino.

Dentro de nosotros,
en la urbanidad humana,
en los parámetros
geográficos
en la geografía social.

Tenemos líneas,
secuencias de puntos,
algunos ponen punto final,
otros punto y aparte,
otros son puntos explosivos,
y otros explotan
y punto.



TIEMPO PARA CREER


Tiempo para creer,
tiempo del tiempo mismo
donde lo que se es
una especie de seguridad
y lo que no lo se
no lo creo

Tiempo de vivir
bañado de luz, de brillo original
luz del principio,
base
y fundamento.
Luz eterna que una vez
será para siempre
y que siempre fue
pero como no lo creía
no lo sabía.

Tiempo sin tiempo
Eternidad perfecta.

Entonces el tiempo se desmenuza
desaparece, se esfuma
y habrán acciones y acontecimientos
y besos,
llantos, nacimientos y muertes.

Pero sin tiempo.

VIDA LETRADA CARDIACA

Vida letrada cardiaca,
ilimitada oniria
dibujada en el canto.

Pulsos rabiosos
de romanticismo
incomprendido
por los que no sueñan.

No sueñan
por no derramar
poemas
en el medio que se impregna
de vida,
como los que sueltan besos
como si fueran pájaros
felices
de primavera

No hay comentarios: