El Conflicto Mapuche: Sus Raíces Históricas
Juan Varas Venegas
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INTRODUCCION
La aspiración de las distintas organizaciones que representan a comunidades mapuches, de recuperar la autonomía política y territorial perdida en el año 1883 con la derrota militar infringida sobre el pueblo mapuche por parte del Estado chileno, hecho que significó el termino de la vida independiente y el posterior proceso de colonización, de radicación, de reducción del pueblo mapuche, de ocupación y usurpación del territorio mapuche, es en la actualidad una realidad que debe ser observada sin prejuicios.
Hoy en día es necesario abordar el conocimiento desde una perspectiva interdisciplinada, el conflicto mapuche es un problema histórico que abarca diferentes formas de análisis. Observar el problema mapuche solo desde la dimensión del acontecimiento de carácter periodístico, desde un punto de vista impresionista, desconociendo el desarrollo histórico, hace que la explicación se limite a responder al ahora, desconociendo la complejidad del problema.
Cuando me refiero al concepto pueblo involucro, no solo a las comunidades mapuches en conflicto y a las organizaciones que las apoyan y representan, sino que también a los hombres que se reconocen a si mismos como mapuches, lo cual significa que hablamos de un grupo de personas que manifiestan un vínculo con esta unidad ancestral.
Haciendo un poco de historia, es necesario recordar «El Tratado de Quillín», otorgado por la corona española el año 1641, el cual reconoce al pueblo mapuche como independiente de la corona. Dicho Tratado reconocía la independencia de los territorios comprendidos entre el Bío Bío y el Toltén, no pertenecían por lo tanto a la Capitanía General de Chile.
El territorio mapuche era imprescindible en la consolidación del Estado nacional chileno unitario, en su período de formación. La derrota de los mapuches represento la incorporación de un territorio rico en recursos naturales, pero más que eso fue la imposición de un modelo de civilización contrario a la forma de vida mapuche. La fundación de Villarrica (enero 1883) marcó el final de la vida mapuche independiente. Era la época de la llamada Pacificación de la Araucanía. Los pueblos se llenaron de colonos, se repartieron tierras y arrinconó a los indígenas a reservaciones, avanzó el ferrocarril uniendo y cambiando el territorio. Habían terminado cuatro siglos de resistencia mapuche. La derrota transformó a los mapuches en pobres campesinos minifundistas.
El discurso de las organizaciones del movimiento mapuche en la actualidad es la respuesta al conflicto histórico del Pueblo Mapuche frente al Estado chileno, que bajo la idea de formar un Estado nacional ha tratado de integrar y asimilar al Pueblo Mapuche por medio de un proceso histórico de ocupación del territorio ancestral mapuche (1862 1881), de reducción y radicación (1884 1929), de usurpación de territorios ancestrales (1929 2001), que generó en buena medida la situación de despojo, de marginación y pobreza, en la que se encuentran las comunidades mapuches en nuestra actualidad. Esto produjo una ruptura en un proceso de larga duración, que es la Historia del Pueblo Mapuche, interrumpiendo la relación hombre tierra, entendida como fundamento de su existencia, pero además se produce algo más significativo, que es mermar la capacidad de autodeterminación a las comunidades del pueblo mapuche, con identidad, cultura propia y control territorial de su espacio físico ancestral (al interior del cual encontramos una cosmovisión, una lengua, una espiritualidad, una sociabilidad, una medicina, unos valores singulares, etc.), esto tuvo como efecto que el Estado nacional chileno que se fundamenta en los valores de la civilización occidental (Modernidad, Idea de Progreso, Modernización) impuso su razón en el territorio ancestral mapuche, superpone una realidad en dónde ya pre existía otra. Con respecto a la emergencia indígena, señala José Bengoa» Porque es evidente que es inherente al concepto de pueblo la idea de autodeterminación, no hay en la historia humana ningún pueblo, que renuncie a su capacidad de autogobernarse, de decidir cuáles son las prioridades, de determinar sus propias necesidades y emplear sus propios métodos para hacerlo.»
DESARROLLO
Los documentos escritos expresan que los mapuches se reconocen como pueblo, un grupo de personas poseedoras de una unidad ancestralmente relacionada, una cultura, una identidad, un territorio, de una forma de organización histórica en comunidades. Los mapuches son un pueblo originario, hoy en día el concepto pueblo mapuche incorpora en sí a la población mapuche, las comunidades mapuches que viven tanto en zonas rurales como en las ciudades, así el pueblo mapuche busca reivindicar a través del movimiento mapuche los derechos que le son reconocidos a todo pueblo como es el derecho a la autodeterminación. La reivindicación a la que aspiran las organizaciones mapuches es para la totalidad de los mapuches, sin embargo el movimiento mapuche no involucra a todos los mapuches, porque las características del proceso han llevado a mapuches a manejar la idea de integración, hombres que ven esta idea como estrategia de incorporación a la nacionalidad chilena. Esto se diferencia del actual discurso de las organizaciones mapuches que representan a las comunidades en conflicto que tiene como fundamentos esenciales la recuperación, control territorial y la aspiración de construcción de la nación mapuche. Para José Bengoa los mapuches son un pueblo que tuvo vida independiente hasta su derrota en 1883, la corona española reconoció los derechos colectivos territoriales de los mapuches en la paz de Quillín en 1641, la colonización del territorio mapuche representa la ruptura del ser mapuche. Hoy en día los discursos de las organizaciones mapuches giran en torno a la recuperación de lo perdido, el reconocimiento de no ser chilenos, de ser un pueblo indígena organizado en comunidades, bajo un sentimiento en común, que es ser mapuche.
Vemos como el siguiente texto de Pedro Cayuqueo dirigente mapuche es el reflejo de la especificidad del conflicto en la actualidad, también es un referente de cómo se percibe el problema. El fragmento manifiesta la actual visión de mapuches involucrados en el conflicto hoy en día. Algunas de estas características podemos encontrarlas en el discurso escrito elaborado por las diferentes organizaciones mapuches como la Coordinadora Arauko Malleko, la Identidad Mapuche Lafkenche, Consejo de todas las tierras Aukiñ Wallmapu Ngulam, que ven en la restitución de los territorios usurpados y su protección, la primera etapa para reconstruir y controlar los espacios territoriales, y por consiguiente de reforzar la identidad como pueblo mapuche, que tiene como fin la construcción de la nación mapuche.
«Es la restitución de la autonomía del pueblo mapuche, el autogobiemo, la construcción de una economía interna, el control de las relaciones sociales, el respeto a la cultura, a la lengua. Hemos comenzado un proceso de acumulación de fuerzas, proceso necesario para conseguir el objetivo de autonomía y posterior liberación. Aquí estamos hablando de liberación nacional a futuro, porque no hay voluntad política para reconocer el origen del conflicto: la invasión militar de nuestro territorio ancestral por parte de un poder extranjero como lo es el Estado chileno y la usurpación de nuestras tierras. El Estado chileno hace del territorio mapuche la fuente de su riqueza, por eso es nuestro derecho construir un camino propio de liberación mapuche. Es una lucha de resistencia y de reconstrucción de la nación mapuche, porque estamos convencidos que si no lo hacemos, la invasión del capital transnacional significará el exterminio definitivo de nuestro pueblo. Es el derecho de todo pueblo a la rebelión y por eso la lucha pasa por la recuperación de la tierra o derechos culturales hacia la lucha de nación, por la autodeterminación. Queremos volver a ser un pueblo soberano y libre.»
La demanda del Pueblo Mapuche nace al interior del hombre mapuche lo cual corresponde no solo a una situación coyuntural, los aspectos que se encuentran en el testimonio de Pedro Cayuqueo son el sentir de una diferencia que ha permanecido por un largo período de nuestra historia, y que entra en el análisis de una historia de larga duración. Lo que son y lo que le es legítimo como Pueblo Mapuche tiene una carga de historicidad fuertemente marcado, en el de reconocerse a sí mismos como Mapuches. Elicura Chihuailaf expresa claramente que existe una diferencia «en el idioma que nos legaron nuestros antepasados, el Mapudungun el hablar de la tierra hay una palabra que resume lo que es la percepción y relación de nuestra gente con ella, y es que la que nos define: Mapuche, que significa gente de la tierra.» Lo anteriormente mencionado hace necesario llevar a cabo reflexiones frente a este tema, ¿ser mapuche significa lo mismo que ser chileno?, ¿cómo se explica que la identidad mapuche permanezca en la historia, y esté en un proceso de resurgimiento, además de una marcada toma de conciencia?, la explicación es compleja, pero tiene que ver fundamentalmente con elementos de larga duración. Elicura Chihuailaf comprende que estamos hablando de una problemática que responde a un conflicto histórico de larga duración es aquí la importancia de descubrir los significados de las palabras conceptos utilizados por las organizaciones mapuche que trabajan en torno a la temática autonomista, son la manifestación de una realidad que ha permanecido y que ha variado según ritmos históricos de cambio en la historia. Es la respuesta a la necesidad de un pueblo que reclama su derecho a permanecer en un proceso de modernización acelerado.
El Estado nacional chileno no ha logrado integrar ni asimilar la diversidad, porque la cultura mapuche mantiene a través del proceso sus tradiciones, cosmovisión, lengua, ritos, entre otros aspectos. La cultura dominante no pudo eliminar nunca estos ámbitos de la existencia humana que permanecen en un proceso histórico de larga duración. El pueblo mapuche ha sufrido en su historia cambios importantes tanto en su forma como en su composición, como por ejemplo la imposición de un modelo cultural, social, jurídico y económico que busca la asimilación e integración de los mapuches al proceso de modernización, modernidad, y cultura occidental. La ocupación del territorio mapuche significó, la construcción de un mundo blanco en continuidad con el resto de Chile, que cercaba y constreñía a los indígenas. Los indígenas, específicamente los mapuches sufrieron la imposición de la idea de progreso, que tiene como resultado la exclusión de los que no participan de ella.
Para José Bengoa «los indígenas han cuestionado las bases del Estado Republicano Latinoamericano, construido sobre la idea de un solo pueblo, una sola nación, un solo Estado.» Por tanto no es posible comprender la esencia del conflicto mapuche si no es a través de una metodología que involucre una perspectiva interdisciplinaria. En este conflicto vemos el desarrollo de factores étnicos, etnonacionales, políticos, sociales, culturales, económicos, jurídicos.
Los discursos de las organizaciones mapuches como La Coordinadora Mapuche Arauko Malleko, la Identidad Mapuche Lafkenche, El Consejo de todas las tierras Aukiñ Wallmapu Ngulam y el Centro de Estudio y documentación Mapuche liwen son para el conocimiento histórico, una fuente que muestra elementos que permanecen en el tiempo fundamentando la demanda como pueblo que pretende perdurar en la historia, a través de la recuperación de su territorio ancestral y la reivindicación de sus derechos políticos, la memoria colectiva de reconocerse como mapuche. La memoria, normalmente, está constituida por experiencias que contienen los vínculos entre lo ideal y lo concreto. Memoria es significación, es sentido. El discurso mapuche concentra un vínculo indisoluble con lo propiamente mapuche, identidad de pertenecer a una unidad étnica, que aspira a construir la Nación Mapuche.
Entrar en el sentido del discurso mapuche, es analizar los conceptos que conforman el sistema de símbolos que se refiere especialmente al texto escrito en sí. Es el lenguaje el que enseña cómo definir al hombre, los conceptos siempre remiten a algo. Este sistema de símbolos que remite a la historia estructural presenta en nuestra actualidad desde la década de los noventa, un comportamiento producto de los acontecimientos históricos, el conflicto de las comunidades mapuches que con una fuerte carga histórica luchan por sobrevivir frente al modelo de «Producción capitalista forestal orientado a la exportación». La quema de los camiones de propiedad de la empresa forestal Bosques Arauco en Lumaco el 1º de diciembre de 1997 da un carácter más radical al movimiento mapuche, no es correcto afirmar que este acontecimiento signifique el surgimiento de un conflicto, porque este es histórico en su esencia y desarrollo. Pero el hecho demuestra la resistencia de las comunidades mapuches de Pichiloncoyán y Pililmapu que reivindican los derechos ancestrales del Fundo Pidenco. «Los mapuches cuestionan a través de su enfrentamiento con las forestales, al mercado libre. La lucha por la restitución de tierras usurpadas a los mapuches en el pasado, es también una lucha contra el mercado libre y el autoritarismo, esto es, una lucha contra el individualismo». El movimiento mapuche tiene como razón principal «la recuperación de los terrenos en manos de la forestal» basados en el derecho ancestral del pueblo mapuche y sus comunidades, esto hace referencia a factores de carácter histórico, pero con características propias referidas al escenario actual en que se generan estos acontecimientos.
Los conceptos utilizados por los discursos representan sin duda alguna una manifestación de ideas, costumbres, aspiraciones, identidad, de un sentimiento de ser mapuche, pero no sólo refleja vínculos abstractos, sino que también nos expresa la naturaleza del conflicto, el discurso actual tiene un carácter etnonacionalista, principalmente de organizaciones mapuches más radicalizadas como la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauko Malleko que tiene como objetivos fundamentales la recuperación y control del territorio ancestral como un proceso de construcción de la Nación mapuche. Los diferentes conceptos por otra parte tienen diferentes sentidos, el sentimiento ancestral de reconocerse mapuche de pertenecer a la tierra, es una relación que no se ve en los chilenos quienes no manifiestan una identidad cultural definida, esto queda marcado por una cuestión geográfica que da una cierta unidad por sobre una cultura única, «Y debemos reconocerlo: de esos signos carecemos hoy en día los chilenos. Por eso mismo se ha debilitado nuestra idea de país, de nación, de sociedad común, una identidad Nacional derretida.» plantea José Bengoa.
El discurso de las organizaciones mapuches esta inserto en un contexto histórico, las palabras conceptos no están vacíos de contenido tienen un significado, es la representación de un pasado, un presente, un futuro común.
Pero la demanda indígena no tiene solamente un carácter de orden económico y material, sino que combina estos factores con la exigencia de respeto por la diversidad cultural y con la gestión de la propia especificidad étnica. La demanda mapuche manifestada en el discurso de sus organizaciones toma una característica fundamental que lo hace específico, cuyo planteamiento básicamente es el de ser un discurso etnonacionalista. La aspiración a construir la Nación Mapuche y a recuperar el territorio ancestral histórico.
El discurso etnonacionalista del pueblo mapuche en su esencia involucra las ideas de autonomía, libre determinación, recuperación control del territorio histórico ancestral, país Mapuche, por último la aspiración a construir la Nación Mapuche como un proceso histórico. La percepción de un sentimiento de pertenecer a un grupo en común marca la diferencia entre lo mapuche frente a otros pueblos. Dicha esencia es el vínculo psicológico que une a un pueblo y, en la convicción subconsciente de sus miembros, lo distingue de una forma fundamental del resto de los pueblos, es una cuestión de autopercepción o de autoconciencia. Estas ideas chocan de manera irreconciliable con la noción de Estado nacional unitario que impone su nacionalidad sobre las comunidades indígenas, sin reconocer sus derechos colectivos como pueblo diferente al interior de una única constitución. Dado que el Estado Chileno ha aplicado criterios centralistas y economicistas en desmedro de los intereses locales, la sociedad chilena no es una sociedad plenamente integrada, por lo cual un proceso de modernización excluyente ha tenido como efecto el resurgir de un sentimiento autonomista y nacionalista manifestado por las organizaciones mapuches en torno a la solución del actual conflicto.
Sin duda es el sentimiento (o creencia) de identidad y singularidad de grupo que aparece en el discurso de las organizaciones y el pueblo mapuche, que se pone de manifiesto en el actual conflicto. El discurso mapuche en su esencia hace referencia a una cosmovisión mapuche basada en su relación íntima con la tierra, que se ha manifestado en la historia del pueblo mapuche, este vínculo no se encuentra en el pueblo chileno cuya nacionalidad fue creada por el estado nacional chileno en el siglo XIX, por tanto hablamos de una carga de historicidad que los mapuches demuestran en la actualidad.
El informe del Colegio de Antropólogos de Chile A.G. dice »Hoy asistimos a un proceso de reelaboración y resignificación de la cultura mapuche y de sus prácticas políticas frente a un Estado que está en el dilema de optar entre continuar sosteniendo un tipo de institucionalidad autoritaria limitante de la coexistencia cultural democrática o la posibilidad de cuestionar y reelaborar su estructura institucional, asumiendo el desafío que le plantean los conflictos históricos sin resolver.» Este proceso es el resultado de los efectos desintegradores del mercado, la transformación y el debilitamiento del Estado en nuestra actualidad, pero el discurso mapuche que es afectado por lo antes mencionado, es también el producto de la conciencia de ser mapuche, que la asilimilación cultural y lingüística no ha podido borrar, definirse a si mismo como hombres pertenecientes a una cultura e identidad ancestral no corresponde a acontecimientos de corta duración, sino que es un elemento de continuidad de larga duración, de vínculos de permanencia. Sin embargo los acontecimientos como la erosión del estado y la cultura nacional chilena ha dado un espacio en el renacer de la aspiración del pueblo mapuche de autonomía. Para Michael Keating «las culturas y las lenguas minoritarias han experimentado un renacimiento entre muchos grupos sociales, lo cual ha permitido reafirmar la identidad ante la sociedad de consumo de masas y la decadencia de la nación Estado como foco de lealtad.», frente a esta afirmación, el caso mapuche no es una cultura ni población minoritaria al interior del estado chileno, corresponden a un 10 % de la población actual de Chile, entre población que vive en zonas urbanas y rurales.
La ruptura que significo la ocupación del territorio mapuche desde 1883 y la imposición de un modelo de Estado unitario centralizado que no reconoce lo local, hace que ideas como «La Reinvención del territorio» sea un elemento que sirva de desarrollo de zonas presionadas por el sistema de producción basado en la exportación de materias primas que impera en Chile, como el caso de las zonas mapuches en que operan las empresas forestales en la región de la Araucanía.
El conflicto mapuche en la actualidad es un problema específico que involucra al pueblo mapuche en su generalidad, se refiere al proceso de recuperación del territorio mapuche ancestral, la reivindicación de los derechos colectivos como pueblo y el proyecto de reconstrucción de la nación mapuche. Presenta características singulares tanto en el ámbito rural como en lo urbano. Las comunidades mapuches en conflicto del mundo rural, desarrollan un conflicto con las empresas forestales, el Estado Chileno, y terratenientes. Conflicto generado por el proceso histórico de usurpación de tierras que ha beneficiado el modo de producción forestal, escasez de tierras, crecimiento demográfico, el deterioro medioambiental de las tierras indígenas producido por el proceso de reducción de las comunidades indígenas, y de la transformación de la propiedad comunitaria en propiedad privada. En el caso urbano, la discriminación y racismo encubierto por parte de la sociedad chilena hacia lo mapuche. En la ciudad lo mapuche no tiene ninguna posibilidad de fortalecer su identidad cultural, no se ha creado ningún espacio físico que haya producido algún tipo de beneficio de esta población mapuche que se traslado del campo a la ciudad, que poco a poco ha ido perdiendo su identidad, sin ser integrado a la sociedad chilena.
Creo necesario decir que no toda la prensa nacional hace referencia al proceso histórico que ha producido la situación actual del pueblo mapuche, que ha generado el discurso de las organizaciones mapuches en la actualidad. Por ejemplo el Martes 3 de Noviembre de 1998 El Sur Internet dice
« Violencia contra forestales. Las acciones ilegales en contra de actividades productivas lesionan el crecimiento del país y ponen en riesgo un número significativo de fuentes laborales. El ataque a balazos en contra de un helicóptero que combatía un incendio forestal en Lumaco, Novena Región, es otra demostración de la violencia con que grupos extremistas se manifiestan en contra de las empresas forestales. En este caso el aparato recibió seis impactos mientras efectuaba la carga de agua en un tranque, lo que obligó al piloto a efectuar un aterrizaje de emergencia cuando perdió el control de la aeronave a raíz del impacto de un proyectil que dio en el rotor de cola. Desde hace ya meses las empresas forestales y madereras se han venido enfrentando a distintas situaciones de violencia, desde incendios provocados, ataques a camiones incluso con intento de quemarlos, enfrentamiento con los trabajadores de los predios, tomas y otras amenazas.»
El Mercurio electrónico el Santiago de Chile, Sábado 9 de Octubre de 1999 dice en su titular, Aylwin Rechazó Violencia en Demandas Mapuches
«En Temuco, Aylwin, hablando ante autoridades y funcionarios de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), habiendo sido durante su administración el autor de la legislación que protege y discrimina positivamente a los pueblos originarios, dijo estar convencido de que el camino de la fuerza nunca conduce a soluciones justas y sólo agravan los problemas y agrandan las distancias entre unos y otros», «La violencia impide crear un clima de racionalidad, necesario para encontrar nuevas soluciones.»
Fue en el gobiemo de Aylwin en que se aprobó la Ley Indígena Nº 19.253 el año 1993, la que no ha protegido las tierras indígenas, siendo una de la razones del actual conflicto de las comunidades mapuches. La violencia es una medida extrema de las organizaciones mapuches, ya que el clima de racionalidad del que habla nuestro ex presidente durante los últimos 10 años sólo ha generado que el problema se haya ido acentuado, producto que la presión de la producción forestal a sido constante sobre las comunidades mapuches de Arauco Malleco.
El Mercurio electrónico Santiago de Chile el Viernes 30 de Noviembre de 2001 dice:
«Encapuchados queman casa y jeep en Temuco. En un sorpresivo ataque nocturno, cinco encapuchados, que dijeron ser mapuches, algunos de los cuales portaban escopetas de caza, golpearon a un guardia forestal, quemaron su vehículo e incendiaron su vivienda. La nueva acción extremista ocurrió cerca de las 2 horas de ayer, en el interior del fundo La Gran Suerte, de la empresa forestal Mininco, situado en el sector costero Casa de Piedra, a 165 kilómetros al sur poniente de esta capital regional.»
Tratar de explicar el conflicto mapuche de una forma autónoma e histórica conlleva a ver el problema desde una perspectiva de análisis más amplia, es buscar responder a la búsqueda de justicia y autonomía del pueblo mapuche que habita en Chile. Principalmente el conflicto mapuche en nuestra actualidad tiene una explicación fundamentalmente histórica, se sitúa el inicio del conflicto con la llegada del conquistador español y su fracaso por ocupar la zona ocupada por los mapuches, frente a lo cual la Corona de España reconoció la independencia del territorio mapuche. Este reconocimiento de autonomía política territorial es uno de los fundamentos a los que apela la demanda Mapuche, de control territorial frente al Estado chileno, es aquí la importancia de no desconocer antecedentes de orden históricos, porque hablamos de derechos ancestrales colectivos a un territorio reconocido como propio, base principal de la identidad y cultura del pueblo mapuche.
La Identidad Mapuche Lafkenche de la Provincia de Arauco en su propuesta de recuperación de los derechos mapuches territoriales, ilustra los hechos que el Estado Chileno a llevado a cabo con relación al territorio mapuche ancestral. La primera tentativa de asimilación queda registrada en 1819 momento en que se busco reemplazar nuestro estado de independencia por intermedio de un Bando supremo dictado por don Bernardo O’Higgins. Este dictamen oficial estipulaba por primera vez, que nuestro pueblo y su territorio se hacían parte de Chile. Sin embargo, este hecho no fue posible antes de 1883, o sea, casi un siglo más tarde y que por la fuerza de las armas, la «Pacificación de la Araucanía» abolía todas nuestras leyes y normas que regían nuestra existencia. La derrota militar del pueblo mapuche 1883 significó la ocupación del territorio mapuche y la ruptura histórica del ser mapuche en su relación hombre tierra.
La Identidad Lafkenche en su propuesta explica claramente «La principal consecuencia de esta mal llamada «Pacificación» fue el re¬acomodo que el Estado efectuó sobre nuestro territorio. Para ello, promulgó en 1925 la Ley 14.298 que repartió 500 hectáreas por colono y solo 6 para un mapuche y su familia. Al concluir este desigual reparto solo pudimos obtener unas 500 mil hectáreas de tierras en lugares casi inaccesibles.» Sin duda alguna la reivindicación territorial es el principal argumento en la demanda Mapuche, idea planteada como un proceso de recuperación del territorio ancestral por las organizaciones mapuches en la actualidad, que pretende revertir el proceso de usurpación y reducción del territorio mapuche por el Estado chileno.
Durante el régimen militar se dictaron los Decretos Leyes Nº 2568 y 2750 (1979), legislación elaborada sin participación indígena, sobre la base de la cual se incentiva el desarrollo de un proceso divisorio que en la práctica termina con la casi totalidad de las comunidades reduccionales mapuche creadas por el Estado chileno luego de la ocupación militar de la Araucanía. Si bien dicha legislación prohibió la enajenación de las hijuelas resultantes de la división, muchas tierras mapuche fueron traspasadas a no indígenas a través de contratos fraudulentos tales como los arriendos hasta por 99 años. Esta política etnocida de represión y expropiación llevada a cabo dio fin en 1978 a las políticas gubernamentales de protección de las tierras mapuches, rompió con la estructura social y las comunidades mapuches. En este período el Estado chileno impone el modelo económico social político jurídico de desarrollo neoliberal, éste es completamente ajeno a la especificidad del pueblo mapuche. El régimen militar lleva a cabo contra la comunidades mapuches la desaparición de la mayor parte de las reducciones, que tiene como fundamento el Decreto Ley Nº 2.568 por el cual se procedió a la división de las comunidades indígenas en propiedades individuales. Esto significó la transformación de las comunidades mapuches en propiedad privada, la división de las comunidades reduccionales, el marco jurídico terminó con la autogestión y control sobre el territorio ancestral, ni permitió la administración directa sobre ellas, situación que favorece fundamentalmente al modelo de desarrollo económico basado en la producción forestal de exportación de fuerte impacto en el medio ambiente, impuesto y fomentado por el Estado chileno a través del «Decreto Ley Nº 701 dictado en el año 1974. Este decreto ley fue un incentivo para el proceso de acumulación de capital de los inversionistas de las empresas forestales en perjuicio de las comunidades mapuches, quienes sufren en carne propia el problema medio ambiental generado por la expansión forestal de mono cultivo de pino insigne llevado a cabo por las empresas forestales que solo han empobrecido más a las comunidades mapuches de la zona de la Araucanía.
Al asumir el Gobierno de la Concertación en el año 1990, se compromete a elaborar una ley indígena que tenga como meta principal, saldar la Deuda histórica que Chile tiene con las comunidades indígenas, hacer un reconocimiento constitucional a los diferentes pueblos indígenas que habitan nuestro territorio y la protección de su territorio ancestral, jurídicamente. En septiembre de 1993 fue aprobado por el poder ejecutivo el nuevo proyecto de Ley indígena Nº 19.253.
Las diferentes Organizaciones Mapuches afirman que la ley Nº 19.253 niega el reconocimiento del pueblo mapuche en sus derechos políticos colectivos, como pueblo con respecto al derecho internacional, por tanto no reconoce la identidad mapuche basada fundamentalmente en el control territorial, no soluciona el problema de la deuda histórica del Estado chileno hacia el pueblo mapuche, pero su principal ineficacia se encuentra en que no protege los derechos territoriales o tierras indígenas (Ley 19.253 Art. 13), un claro ejemplo de que la Ley Indígena es contradictoria a la realidad de la comunidades indígenas, y solamente es un instrumento jurídico que no ha promovido el desarrollo de las diferentes comunidades indígenas, queda reflejado en el recurso de protección presentado por los pewenches de Ralco en 1997 y que dice:
«Como bien se comprenderá, el Proyecto Hidroeléctrico Ralco de ENDESA contradice los principios generales enunciados por la Constitución y, en particular, por el artículo primero de la Ley Indígena, pues lejos de promover el desarrollo de los indígenas, de proteger sus culturas, familias y comunidades, hiere el fundamento de su existencia y cultura, inundando sus tierras y sus casas¬ habitaciones, además de sus cementerios y lugares ancestrales de culto. Por otra parte, lejos de velar por su equilibrio ecológico, el proyecto invade sus tierras y las inunda, destruyendo de paso el ecosistema más importante y de mayor significación histórica de Chile, como es el del río Bío Bío. Así, la ejecución de este proyecto hidroeléctrico en el espacio ancestral de estas comunidades consfluiría una forma «contemporánea» de usurpación de tierras indígenas. El artículo 13 de la citada Ley 19.253, establece una limitación al dominio respecto de las tierras indígenas, norma que fue aprobada como ley de quórum calificado. En efecto, estipula que dichas tierras ... por exigirlo el interés nacional, gozarán de la protección de esta Ley y no podrán ser enajenadas, embargadas, gravadas, ni adquiridas por prescripción, salvo entre comunidades o personas indígenas de una misma etnia .... El mismo artículo establece que sólo podrían ser gravadas .... previa autorización de la Corporación CONADI .... pero que .... Este gravamen no podrá comprender la casa habitación de la familia indígena y el terreno necesario para su subsistencia.... Añade a continuación la Ley .... Igualmente, las tierras cuyos titulares sean Comunidades Indígenas no podrán ser arrendadas, dadas en comodato, ni cedidas a terceros en uso, goce o administración. ... »
De este extracto del recurso de protección a favor de los pehuenches de Ralco, se ven algunas de las características del conflicto en el Alto Bío Bío que ha generado la construcción de la central hidroeléctrica Ralco sobre territorio indígena. Ellos suponen que una de sus funciones de la Ley Indígena 19.253, es la protección de sus tierras. La construcción de Ralco es un caso paradigmático con respecto al conflicto que surge de la imposición de un modelo de desarrollo sobre población indígena y su territorio, que nunca ha visto los beneficios económicos generados por los megaproyectos, es también el caso mapuche frente a la explotación forestal. Los resultados que el pueblo mapuche a tenido del proceso de modernización sólo han sido la discriminación, la pobreza, la escasez de tierras, el deterioro ambiental y la integración sin identidad.
Con el decreto ley Nº 701 de 1974 el Estado chileno fomento el proceso de expansión forestal orientada al monocultivo de especies como el pino insigne subsidiando los costos por hectárea plantada, esto en desmedro de las comunidades mapuches preexistentes en la zonas de Arauco Malleco, quienes al serles expropiadas sus tierras no solo vieron sus intereses económicos afectados, sino que sufren los problemas medioambientales generados por este tipo de producción. El siguiente texto ilustra la situación generada por el modo de producción forestal
«Ias plantaciones forestales de monocultivo de pino insigne han provocado un empobrecimiento en la biodiversidad y disponibilidad de alimentos a las familias mapuches. Además de la tala rasa de los remanentes de vegetación nativa, y en algunos casos de grandes extensiones de bosques, también se eliminó parte de la fauna local liebres, conejos y roedores¬- al envenenarse todas las áreas de plantaciones para asegurar que estas especies no comieran el brote o ápice de crecimiento del pino y su tierna corteza, lo que impediría su crecimiento. Además, el uso frecuente de pesticidas lanzados por avión para el control de malezas y plagas en especial de la polilla del brote , provocaron estragos sucesivos en la agricultura mapuche, pues el uso de tóxicos y defoliantes afectó los cultivos de las familias indígenas.»
La situación mapuche en la actualidad es generada en parte por la acción de las empresas forestales zona de la Araucanía, que ve en estos recursos naturales las materias primas para la producción forestal, de celulosa, de cartones y papel. Este zona es de gran plusvalía no solo para el capital nacional, sino que también transnacional; plantaciones «que en período de cosechas multiplican en más de un mil por ciento su valor.» Esta zona de gran valor económico y de inversión de capital choca con la reivindicación de los espacios territoriales mapuches y el proceso de recuperación de tierras de los mapuches.
La diferencia étnica, como cuestión de autopercepción o autoconciencia es otro de los puntos centrales del discurso mapuche de las organizaciones, esto se refleja en que se hace referencia a conceptos como Pueblo Mapuche, los Mapuches, comunidades mapuches que son diferentes a las expresiones de lo chileno. La identidad como propio grupo étnico de ser en esencia perteneciente a una unidad, que para el caso mapuche se encuentra «ancestralmente relacionada» toma un carácter de diferenciación entre dos ámbitos, que por naturaleza y culturalmente son distintos en su forma de percibir el mundo.
El conflicto va más allá de una cuestión jurídica o de movilización social, sino que marcha en torno a la diferencia que se manifiesta en el discurso de las organizaciones mapuches, que es el reconocerse a sí mismo como mapuche, y que por tanto, no tiene el mismo valor que ser chileno. El resurgimiento de lo mapuche se circunscribe al proceso de reconocimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas en el derecho internacional, el renacer de la identidad mapuche ya no gira en tomo al mantenimiento de una calidad de minoría cultural, sino que busca el reconocimiento constitucional del derecho del pueblo mapuche a la autodeterminación. La diferenciación étnica entre lo chileno y lo mapuche se manifiesta en el discurso de manera permanente, justificar la reivindicación de los derechos colectivos como pueblo tiene como fundamento el argumento de la diferencia étnica entre el pueblo mapuche y el pueblo chileno.
Lo mapuche es uno de los aspectos más significativos del discurso mapuche, que también tiene que ver con los temas de la incapacidad de institucionalizar y asimilar a los mapuches al interior del Estado nacional chileno, lo mapuche tiene que ver con la toma de conciencia de hombres que se reconocen como mapuches que buscan un diferente proyecto de desarrollo al impuesto por el Estado chileno.
El significado del concepto pueblo Mapuche se refiere a un grupo de personas unidas por un vínculo de ascendencia, una historia en común, un conjunto que se define a sí mismos como mapuche, hombres de la tierra una estructura de relaciones hombre naturaleza.
La palabra Mapuche significa «gente de la tierra». De aquí se desprende que para el Pueblo Mapuche la tierra, el espacio territorial, tiene una gran importancia, ya que es allí donde se desarrolla la integridad de su ser. Comunidad, familia, organización, idioma, cultura, religiosidad, todo lo mapuche se articula en tomo a la tierra y a los diferentes elementos que allí coexisten. El discurso de las organizaciones mapuches hace referencia a la diferencia étnica entre la población mapuche y chilena. La razón fundamental de la presencia de lo étnico es tratar de justificar el carácter ancestral de la identidad cultural del pueblo mapuche como una unidad histórica, este fundamento es uno de los más relevantes del discurso mapuche. El origen único es el rasgo más representativo de la identidad mapuche, el sentido histórico de esta unidad ancestral que busca recuperar lo perdido, reconstruir la identidad mapuche, fortalecer y conservar el vínculo de ser mapuche.
El proceso de recuperación de la autonomía política y autogestión territorial va de la mano con la diferenciación étnica, ¿como recuperar el territorio sin definir la naturaleza de tal espacio y de las personas que vivirán en él,? primero como mapuche, una singularidad al interior del estado chileno, que no se identifica con la nacionalidad impuesta por este, y segundo como hombre inserto en la historia que exige tomar los elementos útiles del proceso de modernización para su desarrollo endógeno. Sin embargo la diferenciación étnica no desconoce el proceso de relaciones o contacto entre los diferentes grupos humanos que coexisten al interior del territorio chileno, sino lo que pretende es fundar el proceso de recuperación del territorio ancestral mapuche en la diversidad étnica, que hace al pueblo mapuche una identidad que reclama su derecho a la idea de una sociedad multicultural. Es el pueblo mapuche que quiere ejercer su capacidad de producir y transformarse desde su propia forma de comprender la realidad. El movimiento mapuche no es un movimiento tan sólo étnico, sino que el discurso toma la diferencia étnica, su historia como pueblo como uno de los aspectos centrales en los textos de las organizaciones mapuches que tiene como fin recuperar la capacidad como pueblo de ser actor de su propio desarrollo cultural y económico bajo una organización política propia.
Para Elicura Chihualilaf «Las palabras expresan la concepción de mundo de quienes las crearon». Por tanto el concepto que se refiere a lo mapuche significa en nuestra actualidad estar presente en una forma de ser, de concebir un mundo, y que como expresión es el reflejo de hombres que se sienten diferentes, y que cuestionan no sólo al proceso de asimilación impuesto por el estado chileno, sino que también hacen presente la existencia de una diversidad cultural frente a un proceso económico que reemplaza al hombre y su historia, considerándolo un simple actor económico. Esta disociación entre economía y cultura lleva a que la presencia de conceptos como la identidad de lo mapuche como pueblo, choque con el tipo de desarrollo construido sobre la base de «un solo pueblo, una sola nación, un solo Estado», por tanto la restitución de la autonomía pérdida por los mapuches gira en torno al reconocimiento como pueblo por las leyes chilenas. El mapuche no necesita reconocerse a sí mismo porque la diferencia esta en su ser, sino que debe fortalecer esa identidad de ser un pueblo, que debe restituir sus derechos colectivos como pueblo, no como minoría étnica.
Quisiera concluir el desarrollo de este trabajo leyendo la carta escrita al Presidente del Estado Chileno el 13 de Junio del 2000 por Víctor Ancalaf Llaupe, preso político mapuche, recluído en el centro penitenciario de Temuco, que expresa:
«Nosotros no somos terroristas, ni delincuentes como han tratado de catalogarnos y tampoco perseguimos ninguna ideología Winka, simplemente somos Mapuches, somos parte de un Pueblo distinto del que Ud. forma parte y nuestra única lucha es por nuestro territorio, por nuestro Derecho a subsistir como Pueblo, para que nuestros hijos hereden una tierra digna y se puedan desarrollar como Mapuches. Si por esto debemos estar Presos o incluso morir por ello, asumo los costos, con orgullo. El tiempo que he estado preso, me ha permitido entender y lamentar aún más lo injusto de las leyes chilenas y su aplicación ante nuestro Pueblo, ya que sólo han servido para atacar nuestra existencia, amparando a los poderes políticos y económicos de este País, ayudando a los intereses de unos pocos en desmedro de miles de familias Mapuches. Hoy, estamos presos, por evitar el genocidio que están provocando las Empresas en contra nuestra, por tratar de frenar a los mismos que talan nuestros bosques nativos, los que producen plantaciones forestales industriales, los que secan nuestras aguas y las contaminan, los que acorralan a nuestras comunidades, los que contaminan nuestros aires con sus productos químicos, los que provocan la emigración de nuestra gente desde sus propias tierras, en fin, los que intentan exterminarnos para ampliar su poderío. Para todos ellos ¿Hay leyes que los castigue? en ningún caso, sólo hay leyes que los ampara, que les permite atropellarnos. Por eso, están libres los que matan y estamos presos los que luchamos por la vida. Las leyes que Ud. Representa, son muy distintas a nuestras leyes naturales, lo que me hace ser muy respetuoso y obediente de las autoridades del Pueblo del que formo parte, los Lonkos y las Machis son nuestra inspiración y no hay Ley que se imponga a estas voluntades, porque llevamos la responsabilidad de toda una historia. Las leyes que Ud. Representa, podrán encerramos o perseguirnos, podrán sentarnos a una mesa para buscar intervenirnos, pero jamás podrán borrar de nosotros nuestro profundo sentir de libertad o nuestras más íntimas gestas libertarias. Creo, que todo mapuche, sin importar donde esté o con quien esté, de alguna u otra forma siempre conserva este sentimiento.»
Juan Varas Venegas
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INTRODUCCION
La aspiración de las distintas organizaciones que representan a comunidades mapuches, de recuperar la autonomía política y territorial perdida en el año 1883 con la derrota militar infringida sobre el pueblo mapuche por parte del Estado chileno, hecho que significó el termino de la vida independiente y el posterior proceso de colonización, de radicación, de reducción del pueblo mapuche, de ocupación y usurpación del territorio mapuche, es en la actualidad una realidad que debe ser observada sin prejuicios.
Hoy en día es necesario abordar el conocimiento desde una perspectiva interdisciplinada, el conflicto mapuche es un problema histórico que abarca diferentes formas de análisis. Observar el problema mapuche solo desde la dimensión del acontecimiento de carácter periodístico, desde un punto de vista impresionista, desconociendo el desarrollo histórico, hace que la explicación se limite a responder al ahora, desconociendo la complejidad del problema.
Cuando me refiero al concepto pueblo involucro, no solo a las comunidades mapuches en conflicto y a las organizaciones que las apoyan y representan, sino que también a los hombres que se reconocen a si mismos como mapuches, lo cual significa que hablamos de un grupo de personas que manifiestan un vínculo con esta unidad ancestral.
Haciendo un poco de historia, es necesario recordar «El Tratado de Quillín», otorgado por la corona española el año 1641, el cual reconoce al pueblo mapuche como independiente de la corona. Dicho Tratado reconocía la independencia de los territorios comprendidos entre el Bío Bío y el Toltén, no pertenecían por lo tanto a la Capitanía General de Chile.
El territorio mapuche era imprescindible en la consolidación del Estado nacional chileno unitario, en su período de formación. La derrota de los mapuches represento la incorporación de un territorio rico en recursos naturales, pero más que eso fue la imposición de un modelo de civilización contrario a la forma de vida mapuche. La fundación de Villarrica (enero 1883) marcó el final de la vida mapuche independiente. Era la época de la llamada Pacificación de la Araucanía. Los pueblos se llenaron de colonos, se repartieron tierras y arrinconó a los indígenas a reservaciones, avanzó el ferrocarril uniendo y cambiando el territorio. Habían terminado cuatro siglos de resistencia mapuche. La derrota transformó a los mapuches en pobres campesinos minifundistas.
El discurso de las organizaciones del movimiento mapuche en la actualidad es la respuesta al conflicto histórico del Pueblo Mapuche frente al Estado chileno, que bajo la idea de formar un Estado nacional ha tratado de integrar y asimilar al Pueblo Mapuche por medio de un proceso histórico de ocupación del territorio ancestral mapuche (1862 1881), de reducción y radicación (1884 1929), de usurpación de territorios ancestrales (1929 2001), que generó en buena medida la situación de despojo, de marginación y pobreza, en la que se encuentran las comunidades mapuches en nuestra actualidad. Esto produjo una ruptura en un proceso de larga duración, que es la Historia del Pueblo Mapuche, interrumpiendo la relación hombre tierra, entendida como fundamento de su existencia, pero además se produce algo más significativo, que es mermar la capacidad de autodeterminación a las comunidades del pueblo mapuche, con identidad, cultura propia y control territorial de su espacio físico ancestral (al interior del cual encontramos una cosmovisión, una lengua, una espiritualidad, una sociabilidad, una medicina, unos valores singulares, etc.), esto tuvo como efecto que el Estado nacional chileno que se fundamenta en los valores de la civilización occidental (Modernidad, Idea de Progreso, Modernización) impuso su razón en el territorio ancestral mapuche, superpone una realidad en dónde ya pre existía otra. Con respecto a la emergencia indígena, señala José Bengoa» Porque es evidente que es inherente al concepto de pueblo la idea de autodeterminación, no hay en la historia humana ningún pueblo, que renuncie a su capacidad de autogobernarse, de decidir cuáles son las prioridades, de determinar sus propias necesidades y emplear sus propios métodos para hacerlo.»
DESARROLLO
Los documentos escritos expresan que los mapuches se reconocen como pueblo, un grupo de personas poseedoras de una unidad ancestralmente relacionada, una cultura, una identidad, un territorio, de una forma de organización histórica en comunidades. Los mapuches son un pueblo originario, hoy en día el concepto pueblo mapuche incorpora en sí a la población mapuche, las comunidades mapuches que viven tanto en zonas rurales como en las ciudades, así el pueblo mapuche busca reivindicar a través del movimiento mapuche los derechos que le son reconocidos a todo pueblo como es el derecho a la autodeterminación. La reivindicación a la que aspiran las organizaciones mapuches es para la totalidad de los mapuches, sin embargo el movimiento mapuche no involucra a todos los mapuches, porque las características del proceso han llevado a mapuches a manejar la idea de integración, hombres que ven esta idea como estrategia de incorporación a la nacionalidad chilena. Esto se diferencia del actual discurso de las organizaciones mapuches que representan a las comunidades en conflicto que tiene como fundamentos esenciales la recuperación, control territorial y la aspiración de construcción de la nación mapuche. Para José Bengoa los mapuches son un pueblo que tuvo vida independiente hasta su derrota en 1883, la corona española reconoció los derechos colectivos territoriales de los mapuches en la paz de Quillín en 1641, la colonización del territorio mapuche representa la ruptura del ser mapuche. Hoy en día los discursos de las organizaciones mapuches giran en torno a la recuperación de lo perdido, el reconocimiento de no ser chilenos, de ser un pueblo indígena organizado en comunidades, bajo un sentimiento en común, que es ser mapuche.
Vemos como el siguiente texto de Pedro Cayuqueo dirigente mapuche es el reflejo de la especificidad del conflicto en la actualidad, también es un referente de cómo se percibe el problema. El fragmento manifiesta la actual visión de mapuches involucrados en el conflicto hoy en día. Algunas de estas características podemos encontrarlas en el discurso escrito elaborado por las diferentes organizaciones mapuches como la Coordinadora Arauko Malleko, la Identidad Mapuche Lafkenche, Consejo de todas las tierras Aukiñ Wallmapu Ngulam, que ven en la restitución de los territorios usurpados y su protección, la primera etapa para reconstruir y controlar los espacios territoriales, y por consiguiente de reforzar la identidad como pueblo mapuche, que tiene como fin la construcción de la nación mapuche.
«Es la restitución de la autonomía del pueblo mapuche, el autogobiemo, la construcción de una economía interna, el control de las relaciones sociales, el respeto a la cultura, a la lengua. Hemos comenzado un proceso de acumulación de fuerzas, proceso necesario para conseguir el objetivo de autonomía y posterior liberación. Aquí estamos hablando de liberación nacional a futuro, porque no hay voluntad política para reconocer el origen del conflicto: la invasión militar de nuestro territorio ancestral por parte de un poder extranjero como lo es el Estado chileno y la usurpación de nuestras tierras. El Estado chileno hace del territorio mapuche la fuente de su riqueza, por eso es nuestro derecho construir un camino propio de liberación mapuche. Es una lucha de resistencia y de reconstrucción de la nación mapuche, porque estamos convencidos que si no lo hacemos, la invasión del capital transnacional significará el exterminio definitivo de nuestro pueblo. Es el derecho de todo pueblo a la rebelión y por eso la lucha pasa por la recuperación de la tierra o derechos culturales hacia la lucha de nación, por la autodeterminación. Queremos volver a ser un pueblo soberano y libre.»
La demanda del Pueblo Mapuche nace al interior del hombre mapuche lo cual corresponde no solo a una situación coyuntural, los aspectos que se encuentran en el testimonio de Pedro Cayuqueo son el sentir de una diferencia que ha permanecido por un largo período de nuestra historia, y que entra en el análisis de una historia de larga duración. Lo que son y lo que le es legítimo como Pueblo Mapuche tiene una carga de historicidad fuertemente marcado, en el de reconocerse a sí mismos como Mapuches. Elicura Chihuailaf expresa claramente que existe una diferencia «en el idioma que nos legaron nuestros antepasados, el Mapudungun el hablar de la tierra hay una palabra que resume lo que es la percepción y relación de nuestra gente con ella, y es que la que nos define: Mapuche, que significa gente de la tierra.» Lo anteriormente mencionado hace necesario llevar a cabo reflexiones frente a este tema, ¿ser mapuche significa lo mismo que ser chileno?, ¿cómo se explica que la identidad mapuche permanezca en la historia, y esté en un proceso de resurgimiento, además de una marcada toma de conciencia?, la explicación es compleja, pero tiene que ver fundamentalmente con elementos de larga duración. Elicura Chihuailaf comprende que estamos hablando de una problemática que responde a un conflicto histórico de larga duración es aquí la importancia de descubrir los significados de las palabras conceptos utilizados por las organizaciones mapuche que trabajan en torno a la temática autonomista, son la manifestación de una realidad que ha permanecido y que ha variado según ritmos históricos de cambio en la historia. Es la respuesta a la necesidad de un pueblo que reclama su derecho a permanecer en un proceso de modernización acelerado.
El Estado nacional chileno no ha logrado integrar ni asimilar la diversidad, porque la cultura mapuche mantiene a través del proceso sus tradiciones, cosmovisión, lengua, ritos, entre otros aspectos. La cultura dominante no pudo eliminar nunca estos ámbitos de la existencia humana que permanecen en un proceso histórico de larga duración. El pueblo mapuche ha sufrido en su historia cambios importantes tanto en su forma como en su composición, como por ejemplo la imposición de un modelo cultural, social, jurídico y económico que busca la asimilación e integración de los mapuches al proceso de modernización, modernidad, y cultura occidental. La ocupación del territorio mapuche significó, la construcción de un mundo blanco en continuidad con el resto de Chile, que cercaba y constreñía a los indígenas. Los indígenas, específicamente los mapuches sufrieron la imposición de la idea de progreso, que tiene como resultado la exclusión de los que no participan de ella.
Para José Bengoa «los indígenas han cuestionado las bases del Estado Republicano Latinoamericano, construido sobre la idea de un solo pueblo, una sola nación, un solo Estado.» Por tanto no es posible comprender la esencia del conflicto mapuche si no es a través de una metodología que involucre una perspectiva interdisciplinaria. En este conflicto vemos el desarrollo de factores étnicos, etnonacionales, políticos, sociales, culturales, económicos, jurídicos.
Los discursos de las organizaciones mapuches como La Coordinadora Mapuche Arauko Malleko, la Identidad Mapuche Lafkenche, El Consejo de todas las tierras Aukiñ Wallmapu Ngulam y el Centro de Estudio y documentación Mapuche liwen son para el conocimiento histórico, una fuente que muestra elementos que permanecen en el tiempo fundamentando la demanda como pueblo que pretende perdurar en la historia, a través de la recuperación de su territorio ancestral y la reivindicación de sus derechos políticos, la memoria colectiva de reconocerse como mapuche. La memoria, normalmente, está constituida por experiencias que contienen los vínculos entre lo ideal y lo concreto. Memoria es significación, es sentido. El discurso mapuche concentra un vínculo indisoluble con lo propiamente mapuche, identidad de pertenecer a una unidad étnica, que aspira a construir la Nación Mapuche.
Entrar en el sentido del discurso mapuche, es analizar los conceptos que conforman el sistema de símbolos que se refiere especialmente al texto escrito en sí. Es el lenguaje el que enseña cómo definir al hombre, los conceptos siempre remiten a algo. Este sistema de símbolos que remite a la historia estructural presenta en nuestra actualidad desde la década de los noventa, un comportamiento producto de los acontecimientos históricos, el conflicto de las comunidades mapuches que con una fuerte carga histórica luchan por sobrevivir frente al modelo de «Producción capitalista forestal orientado a la exportación». La quema de los camiones de propiedad de la empresa forestal Bosques Arauco en Lumaco el 1º de diciembre de 1997 da un carácter más radical al movimiento mapuche, no es correcto afirmar que este acontecimiento signifique el surgimiento de un conflicto, porque este es histórico en su esencia y desarrollo. Pero el hecho demuestra la resistencia de las comunidades mapuches de Pichiloncoyán y Pililmapu que reivindican los derechos ancestrales del Fundo Pidenco. «Los mapuches cuestionan a través de su enfrentamiento con las forestales, al mercado libre. La lucha por la restitución de tierras usurpadas a los mapuches en el pasado, es también una lucha contra el mercado libre y el autoritarismo, esto es, una lucha contra el individualismo». El movimiento mapuche tiene como razón principal «la recuperación de los terrenos en manos de la forestal» basados en el derecho ancestral del pueblo mapuche y sus comunidades, esto hace referencia a factores de carácter histórico, pero con características propias referidas al escenario actual en que se generan estos acontecimientos.
Los conceptos utilizados por los discursos representan sin duda alguna una manifestación de ideas, costumbres, aspiraciones, identidad, de un sentimiento de ser mapuche, pero no sólo refleja vínculos abstractos, sino que también nos expresa la naturaleza del conflicto, el discurso actual tiene un carácter etnonacionalista, principalmente de organizaciones mapuches más radicalizadas como la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauko Malleko que tiene como objetivos fundamentales la recuperación y control del territorio ancestral como un proceso de construcción de la Nación mapuche. Los diferentes conceptos por otra parte tienen diferentes sentidos, el sentimiento ancestral de reconocerse mapuche de pertenecer a la tierra, es una relación que no se ve en los chilenos quienes no manifiestan una identidad cultural definida, esto queda marcado por una cuestión geográfica que da una cierta unidad por sobre una cultura única, «Y debemos reconocerlo: de esos signos carecemos hoy en día los chilenos. Por eso mismo se ha debilitado nuestra idea de país, de nación, de sociedad común, una identidad Nacional derretida.» plantea José Bengoa.
El discurso de las organizaciones mapuches esta inserto en un contexto histórico, las palabras conceptos no están vacíos de contenido tienen un significado, es la representación de un pasado, un presente, un futuro común.
Pero la demanda indígena no tiene solamente un carácter de orden económico y material, sino que combina estos factores con la exigencia de respeto por la diversidad cultural y con la gestión de la propia especificidad étnica. La demanda mapuche manifestada en el discurso de sus organizaciones toma una característica fundamental que lo hace específico, cuyo planteamiento básicamente es el de ser un discurso etnonacionalista. La aspiración a construir la Nación Mapuche y a recuperar el territorio ancestral histórico.
El discurso etnonacionalista del pueblo mapuche en su esencia involucra las ideas de autonomía, libre determinación, recuperación control del territorio histórico ancestral, país Mapuche, por último la aspiración a construir la Nación Mapuche como un proceso histórico. La percepción de un sentimiento de pertenecer a un grupo en común marca la diferencia entre lo mapuche frente a otros pueblos. Dicha esencia es el vínculo psicológico que une a un pueblo y, en la convicción subconsciente de sus miembros, lo distingue de una forma fundamental del resto de los pueblos, es una cuestión de autopercepción o de autoconciencia. Estas ideas chocan de manera irreconciliable con la noción de Estado nacional unitario que impone su nacionalidad sobre las comunidades indígenas, sin reconocer sus derechos colectivos como pueblo diferente al interior de una única constitución. Dado que el Estado Chileno ha aplicado criterios centralistas y economicistas en desmedro de los intereses locales, la sociedad chilena no es una sociedad plenamente integrada, por lo cual un proceso de modernización excluyente ha tenido como efecto el resurgir de un sentimiento autonomista y nacionalista manifestado por las organizaciones mapuches en torno a la solución del actual conflicto.
Sin duda es el sentimiento (o creencia) de identidad y singularidad de grupo que aparece en el discurso de las organizaciones y el pueblo mapuche, que se pone de manifiesto en el actual conflicto. El discurso mapuche en su esencia hace referencia a una cosmovisión mapuche basada en su relación íntima con la tierra, que se ha manifestado en la historia del pueblo mapuche, este vínculo no se encuentra en el pueblo chileno cuya nacionalidad fue creada por el estado nacional chileno en el siglo XIX, por tanto hablamos de una carga de historicidad que los mapuches demuestran en la actualidad.
El informe del Colegio de Antropólogos de Chile A.G. dice »Hoy asistimos a un proceso de reelaboración y resignificación de la cultura mapuche y de sus prácticas políticas frente a un Estado que está en el dilema de optar entre continuar sosteniendo un tipo de institucionalidad autoritaria limitante de la coexistencia cultural democrática o la posibilidad de cuestionar y reelaborar su estructura institucional, asumiendo el desafío que le plantean los conflictos históricos sin resolver.» Este proceso es el resultado de los efectos desintegradores del mercado, la transformación y el debilitamiento del Estado en nuestra actualidad, pero el discurso mapuche que es afectado por lo antes mencionado, es también el producto de la conciencia de ser mapuche, que la asilimilación cultural y lingüística no ha podido borrar, definirse a si mismo como hombres pertenecientes a una cultura e identidad ancestral no corresponde a acontecimientos de corta duración, sino que es un elemento de continuidad de larga duración, de vínculos de permanencia. Sin embargo los acontecimientos como la erosión del estado y la cultura nacional chilena ha dado un espacio en el renacer de la aspiración del pueblo mapuche de autonomía. Para Michael Keating «las culturas y las lenguas minoritarias han experimentado un renacimiento entre muchos grupos sociales, lo cual ha permitido reafirmar la identidad ante la sociedad de consumo de masas y la decadencia de la nación Estado como foco de lealtad.», frente a esta afirmación, el caso mapuche no es una cultura ni población minoritaria al interior del estado chileno, corresponden a un 10 % de la población actual de Chile, entre población que vive en zonas urbanas y rurales.
La ruptura que significo la ocupación del territorio mapuche desde 1883 y la imposición de un modelo de Estado unitario centralizado que no reconoce lo local, hace que ideas como «La Reinvención del territorio» sea un elemento que sirva de desarrollo de zonas presionadas por el sistema de producción basado en la exportación de materias primas que impera en Chile, como el caso de las zonas mapuches en que operan las empresas forestales en la región de la Araucanía.
El conflicto mapuche en la actualidad es un problema específico que involucra al pueblo mapuche en su generalidad, se refiere al proceso de recuperación del territorio mapuche ancestral, la reivindicación de los derechos colectivos como pueblo y el proyecto de reconstrucción de la nación mapuche. Presenta características singulares tanto en el ámbito rural como en lo urbano. Las comunidades mapuches en conflicto del mundo rural, desarrollan un conflicto con las empresas forestales, el Estado Chileno, y terratenientes. Conflicto generado por el proceso histórico de usurpación de tierras que ha beneficiado el modo de producción forestal, escasez de tierras, crecimiento demográfico, el deterioro medioambiental de las tierras indígenas producido por el proceso de reducción de las comunidades indígenas, y de la transformación de la propiedad comunitaria en propiedad privada. En el caso urbano, la discriminación y racismo encubierto por parte de la sociedad chilena hacia lo mapuche. En la ciudad lo mapuche no tiene ninguna posibilidad de fortalecer su identidad cultural, no se ha creado ningún espacio físico que haya producido algún tipo de beneficio de esta población mapuche que se traslado del campo a la ciudad, que poco a poco ha ido perdiendo su identidad, sin ser integrado a la sociedad chilena.
Creo necesario decir que no toda la prensa nacional hace referencia al proceso histórico que ha producido la situación actual del pueblo mapuche, que ha generado el discurso de las organizaciones mapuches en la actualidad. Por ejemplo el Martes 3 de Noviembre de 1998 El Sur Internet dice
« Violencia contra forestales. Las acciones ilegales en contra de actividades productivas lesionan el crecimiento del país y ponen en riesgo un número significativo de fuentes laborales. El ataque a balazos en contra de un helicóptero que combatía un incendio forestal en Lumaco, Novena Región, es otra demostración de la violencia con que grupos extremistas se manifiestan en contra de las empresas forestales. En este caso el aparato recibió seis impactos mientras efectuaba la carga de agua en un tranque, lo que obligó al piloto a efectuar un aterrizaje de emergencia cuando perdió el control de la aeronave a raíz del impacto de un proyectil que dio en el rotor de cola. Desde hace ya meses las empresas forestales y madereras se han venido enfrentando a distintas situaciones de violencia, desde incendios provocados, ataques a camiones incluso con intento de quemarlos, enfrentamiento con los trabajadores de los predios, tomas y otras amenazas.»
El Mercurio electrónico el Santiago de Chile, Sábado 9 de Octubre de 1999 dice en su titular, Aylwin Rechazó Violencia en Demandas Mapuches
«En Temuco, Aylwin, hablando ante autoridades y funcionarios de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), habiendo sido durante su administración el autor de la legislación que protege y discrimina positivamente a los pueblos originarios, dijo estar convencido de que el camino de la fuerza nunca conduce a soluciones justas y sólo agravan los problemas y agrandan las distancias entre unos y otros», «La violencia impide crear un clima de racionalidad, necesario para encontrar nuevas soluciones.»
Fue en el gobiemo de Aylwin en que se aprobó la Ley Indígena Nº 19.253 el año 1993, la que no ha protegido las tierras indígenas, siendo una de la razones del actual conflicto de las comunidades mapuches. La violencia es una medida extrema de las organizaciones mapuches, ya que el clima de racionalidad del que habla nuestro ex presidente durante los últimos 10 años sólo ha generado que el problema se haya ido acentuado, producto que la presión de la producción forestal a sido constante sobre las comunidades mapuches de Arauco Malleco.
El Mercurio electrónico Santiago de Chile el Viernes 30 de Noviembre de 2001 dice:
«Encapuchados queman casa y jeep en Temuco. En un sorpresivo ataque nocturno, cinco encapuchados, que dijeron ser mapuches, algunos de los cuales portaban escopetas de caza, golpearon a un guardia forestal, quemaron su vehículo e incendiaron su vivienda. La nueva acción extremista ocurrió cerca de las 2 horas de ayer, en el interior del fundo La Gran Suerte, de la empresa forestal Mininco, situado en el sector costero Casa de Piedra, a 165 kilómetros al sur poniente de esta capital regional.»
Tratar de explicar el conflicto mapuche de una forma autónoma e histórica conlleva a ver el problema desde una perspectiva de análisis más amplia, es buscar responder a la búsqueda de justicia y autonomía del pueblo mapuche que habita en Chile. Principalmente el conflicto mapuche en nuestra actualidad tiene una explicación fundamentalmente histórica, se sitúa el inicio del conflicto con la llegada del conquistador español y su fracaso por ocupar la zona ocupada por los mapuches, frente a lo cual la Corona de España reconoció la independencia del territorio mapuche. Este reconocimiento de autonomía política territorial es uno de los fundamentos a los que apela la demanda Mapuche, de control territorial frente al Estado chileno, es aquí la importancia de no desconocer antecedentes de orden históricos, porque hablamos de derechos ancestrales colectivos a un territorio reconocido como propio, base principal de la identidad y cultura del pueblo mapuche.
La Identidad Mapuche Lafkenche de la Provincia de Arauco en su propuesta de recuperación de los derechos mapuches territoriales, ilustra los hechos que el Estado Chileno a llevado a cabo con relación al territorio mapuche ancestral. La primera tentativa de asimilación queda registrada en 1819 momento en que se busco reemplazar nuestro estado de independencia por intermedio de un Bando supremo dictado por don Bernardo O’Higgins. Este dictamen oficial estipulaba por primera vez, que nuestro pueblo y su territorio se hacían parte de Chile. Sin embargo, este hecho no fue posible antes de 1883, o sea, casi un siglo más tarde y que por la fuerza de las armas, la «Pacificación de la Araucanía» abolía todas nuestras leyes y normas que regían nuestra existencia. La derrota militar del pueblo mapuche 1883 significó la ocupación del territorio mapuche y la ruptura histórica del ser mapuche en su relación hombre tierra.
La Identidad Lafkenche en su propuesta explica claramente «La principal consecuencia de esta mal llamada «Pacificación» fue el re¬acomodo que el Estado efectuó sobre nuestro territorio. Para ello, promulgó en 1925 la Ley 14.298 que repartió 500 hectáreas por colono y solo 6 para un mapuche y su familia. Al concluir este desigual reparto solo pudimos obtener unas 500 mil hectáreas de tierras en lugares casi inaccesibles.» Sin duda alguna la reivindicación territorial es el principal argumento en la demanda Mapuche, idea planteada como un proceso de recuperación del territorio ancestral por las organizaciones mapuches en la actualidad, que pretende revertir el proceso de usurpación y reducción del territorio mapuche por el Estado chileno.
Durante el régimen militar se dictaron los Decretos Leyes Nº 2568 y 2750 (1979), legislación elaborada sin participación indígena, sobre la base de la cual se incentiva el desarrollo de un proceso divisorio que en la práctica termina con la casi totalidad de las comunidades reduccionales mapuche creadas por el Estado chileno luego de la ocupación militar de la Araucanía. Si bien dicha legislación prohibió la enajenación de las hijuelas resultantes de la división, muchas tierras mapuche fueron traspasadas a no indígenas a través de contratos fraudulentos tales como los arriendos hasta por 99 años. Esta política etnocida de represión y expropiación llevada a cabo dio fin en 1978 a las políticas gubernamentales de protección de las tierras mapuches, rompió con la estructura social y las comunidades mapuches. En este período el Estado chileno impone el modelo económico social político jurídico de desarrollo neoliberal, éste es completamente ajeno a la especificidad del pueblo mapuche. El régimen militar lleva a cabo contra la comunidades mapuches la desaparición de la mayor parte de las reducciones, que tiene como fundamento el Decreto Ley Nº 2.568 por el cual se procedió a la división de las comunidades indígenas en propiedades individuales. Esto significó la transformación de las comunidades mapuches en propiedad privada, la división de las comunidades reduccionales, el marco jurídico terminó con la autogestión y control sobre el territorio ancestral, ni permitió la administración directa sobre ellas, situación que favorece fundamentalmente al modelo de desarrollo económico basado en la producción forestal de exportación de fuerte impacto en el medio ambiente, impuesto y fomentado por el Estado chileno a través del «Decreto Ley Nº 701 dictado en el año 1974. Este decreto ley fue un incentivo para el proceso de acumulación de capital de los inversionistas de las empresas forestales en perjuicio de las comunidades mapuches, quienes sufren en carne propia el problema medio ambiental generado por la expansión forestal de mono cultivo de pino insigne llevado a cabo por las empresas forestales que solo han empobrecido más a las comunidades mapuches de la zona de la Araucanía.
Al asumir el Gobierno de la Concertación en el año 1990, se compromete a elaborar una ley indígena que tenga como meta principal, saldar la Deuda histórica que Chile tiene con las comunidades indígenas, hacer un reconocimiento constitucional a los diferentes pueblos indígenas que habitan nuestro territorio y la protección de su territorio ancestral, jurídicamente. En septiembre de 1993 fue aprobado por el poder ejecutivo el nuevo proyecto de Ley indígena Nº 19.253.
Las diferentes Organizaciones Mapuches afirman que la ley Nº 19.253 niega el reconocimiento del pueblo mapuche en sus derechos políticos colectivos, como pueblo con respecto al derecho internacional, por tanto no reconoce la identidad mapuche basada fundamentalmente en el control territorial, no soluciona el problema de la deuda histórica del Estado chileno hacia el pueblo mapuche, pero su principal ineficacia se encuentra en que no protege los derechos territoriales o tierras indígenas (Ley 19.253 Art. 13), un claro ejemplo de que la Ley Indígena es contradictoria a la realidad de la comunidades indígenas, y solamente es un instrumento jurídico que no ha promovido el desarrollo de las diferentes comunidades indígenas, queda reflejado en el recurso de protección presentado por los pewenches de Ralco en 1997 y que dice:
«Como bien se comprenderá, el Proyecto Hidroeléctrico Ralco de ENDESA contradice los principios generales enunciados por la Constitución y, en particular, por el artículo primero de la Ley Indígena, pues lejos de promover el desarrollo de los indígenas, de proteger sus culturas, familias y comunidades, hiere el fundamento de su existencia y cultura, inundando sus tierras y sus casas¬ habitaciones, además de sus cementerios y lugares ancestrales de culto. Por otra parte, lejos de velar por su equilibrio ecológico, el proyecto invade sus tierras y las inunda, destruyendo de paso el ecosistema más importante y de mayor significación histórica de Chile, como es el del río Bío Bío. Así, la ejecución de este proyecto hidroeléctrico en el espacio ancestral de estas comunidades consfluiría una forma «contemporánea» de usurpación de tierras indígenas. El artículo 13 de la citada Ley 19.253, establece una limitación al dominio respecto de las tierras indígenas, norma que fue aprobada como ley de quórum calificado. En efecto, estipula que dichas tierras ... por exigirlo el interés nacional, gozarán de la protección de esta Ley y no podrán ser enajenadas, embargadas, gravadas, ni adquiridas por prescripción, salvo entre comunidades o personas indígenas de una misma etnia .... El mismo artículo establece que sólo podrían ser gravadas .... previa autorización de la Corporación CONADI .... pero que .... Este gravamen no podrá comprender la casa habitación de la familia indígena y el terreno necesario para su subsistencia.... Añade a continuación la Ley .... Igualmente, las tierras cuyos titulares sean Comunidades Indígenas no podrán ser arrendadas, dadas en comodato, ni cedidas a terceros en uso, goce o administración. ... »
De este extracto del recurso de protección a favor de los pehuenches de Ralco, se ven algunas de las características del conflicto en el Alto Bío Bío que ha generado la construcción de la central hidroeléctrica Ralco sobre territorio indígena. Ellos suponen que una de sus funciones de la Ley Indígena 19.253, es la protección de sus tierras. La construcción de Ralco es un caso paradigmático con respecto al conflicto que surge de la imposición de un modelo de desarrollo sobre población indígena y su territorio, que nunca ha visto los beneficios económicos generados por los megaproyectos, es también el caso mapuche frente a la explotación forestal. Los resultados que el pueblo mapuche a tenido del proceso de modernización sólo han sido la discriminación, la pobreza, la escasez de tierras, el deterioro ambiental y la integración sin identidad.
Con el decreto ley Nº 701 de 1974 el Estado chileno fomento el proceso de expansión forestal orientada al monocultivo de especies como el pino insigne subsidiando los costos por hectárea plantada, esto en desmedro de las comunidades mapuches preexistentes en la zonas de Arauco Malleco, quienes al serles expropiadas sus tierras no solo vieron sus intereses económicos afectados, sino que sufren los problemas medioambientales generados por este tipo de producción. El siguiente texto ilustra la situación generada por el modo de producción forestal
«Ias plantaciones forestales de monocultivo de pino insigne han provocado un empobrecimiento en la biodiversidad y disponibilidad de alimentos a las familias mapuches. Además de la tala rasa de los remanentes de vegetación nativa, y en algunos casos de grandes extensiones de bosques, también se eliminó parte de la fauna local liebres, conejos y roedores¬- al envenenarse todas las áreas de plantaciones para asegurar que estas especies no comieran el brote o ápice de crecimiento del pino y su tierna corteza, lo que impediría su crecimiento. Además, el uso frecuente de pesticidas lanzados por avión para el control de malezas y plagas en especial de la polilla del brote , provocaron estragos sucesivos en la agricultura mapuche, pues el uso de tóxicos y defoliantes afectó los cultivos de las familias indígenas.»
La situación mapuche en la actualidad es generada en parte por la acción de las empresas forestales zona de la Araucanía, que ve en estos recursos naturales las materias primas para la producción forestal, de celulosa, de cartones y papel. Este zona es de gran plusvalía no solo para el capital nacional, sino que también transnacional; plantaciones «que en período de cosechas multiplican en más de un mil por ciento su valor.» Esta zona de gran valor económico y de inversión de capital choca con la reivindicación de los espacios territoriales mapuches y el proceso de recuperación de tierras de los mapuches.
La diferencia étnica, como cuestión de autopercepción o autoconciencia es otro de los puntos centrales del discurso mapuche de las organizaciones, esto se refleja en que se hace referencia a conceptos como Pueblo Mapuche, los Mapuches, comunidades mapuches que son diferentes a las expresiones de lo chileno. La identidad como propio grupo étnico de ser en esencia perteneciente a una unidad, que para el caso mapuche se encuentra «ancestralmente relacionada» toma un carácter de diferenciación entre dos ámbitos, que por naturaleza y culturalmente son distintos en su forma de percibir el mundo.
El conflicto va más allá de una cuestión jurídica o de movilización social, sino que marcha en torno a la diferencia que se manifiesta en el discurso de las organizaciones mapuches, que es el reconocerse a sí mismo como mapuche, y que por tanto, no tiene el mismo valor que ser chileno. El resurgimiento de lo mapuche se circunscribe al proceso de reconocimiento del derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas en el derecho internacional, el renacer de la identidad mapuche ya no gira en tomo al mantenimiento de una calidad de minoría cultural, sino que busca el reconocimiento constitucional del derecho del pueblo mapuche a la autodeterminación. La diferenciación étnica entre lo chileno y lo mapuche se manifiesta en el discurso de manera permanente, justificar la reivindicación de los derechos colectivos como pueblo tiene como fundamento el argumento de la diferencia étnica entre el pueblo mapuche y el pueblo chileno.
Lo mapuche es uno de los aspectos más significativos del discurso mapuche, que también tiene que ver con los temas de la incapacidad de institucionalizar y asimilar a los mapuches al interior del Estado nacional chileno, lo mapuche tiene que ver con la toma de conciencia de hombres que se reconocen como mapuches que buscan un diferente proyecto de desarrollo al impuesto por el Estado chileno.
El significado del concepto pueblo Mapuche se refiere a un grupo de personas unidas por un vínculo de ascendencia, una historia en común, un conjunto que se define a sí mismos como mapuche, hombres de la tierra una estructura de relaciones hombre naturaleza.
La palabra Mapuche significa «gente de la tierra». De aquí se desprende que para el Pueblo Mapuche la tierra, el espacio territorial, tiene una gran importancia, ya que es allí donde se desarrolla la integridad de su ser. Comunidad, familia, organización, idioma, cultura, religiosidad, todo lo mapuche se articula en tomo a la tierra y a los diferentes elementos que allí coexisten. El discurso de las organizaciones mapuches hace referencia a la diferencia étnica entre la población mapuche y chilena. La razón fundamental de la presencia de lo étnico es tratar de justificar el carácter ancestral de la identidad cultural del pueblo mapuche como una unidad histórica, este fundamento es uno de los más relevantes del discurso mapuche. El origen único es el rasgo más representativo de la identidad mapuche, el sentido histórico de esta unidad ancestral que busca recuperar lo perdido, reconstruir la identidad mapuche, fortalecer y conservar el vínculo de ser mapuche.
El proceso de recuperación de la autonomía política y autogestión territorial va de la mano con la diferenciación étnica, ¿como recuperar el territorio sin definir la naturaleza de tal espacio y de las personas que vivirán en él,? primero como mapuche, una singularidad al interior del estado chileno, que no se identifica con la nacionalidad impuesta por este, y segundo como hombre inserto en la historia que exige tomar los elementos útiles del proceso de modernización para su desarrollo endógeno. Sin embargo la diferenciación étnica no desconoce el proceso de relaciones o contacto entre los diferentes grupos humanos que coexisten al interior del territorio chileno, sino lo que pretende es fundar el proceso de recuperación del territorio ancestral mapuche en la diversidad étnica, que hace al pueblo mapuche una identidad que reclama su derecho a la idea de una sociedad multicultural. Es el pueblo mapuche que quiere ejercer su capacidad de producir y transformarse desde su propia forma de comprender la realidad. El movimiento mapuche no es un movimiento tan sólo étnico, sino que el discurso toma la diferencia étnica, su historia como pueblo como uno de los aspectos centrales en los textos de las organizaciones mapuches que tiene como fin recuperar la capacidad como pueblo de ser actor de su propio desarrollo cultural y económico bajo una organización política propia.
Para Elicura Chihualilaf «Las palabras expresan la concepción de mundo de quienes las crearon». Por tanto el concepto que se refiere a lo mapuche significa en nuestra actualidad estar presente en una forma de ser, de concebir un mundo, y que como expresión es el reflejo de hombres que se sienten diferentes, y que cuestionan no sólo al proceso de asimilación impuesto por el estado chileno, sino que también hacen presente la existencia de una diversidad cultural frente a un proceso económico que reemplaza al hombre y su historia, considerándolo un simple actor económico. Esta disociación entre economía y cultura lleva a que la presencia de conceptos como la identidad de lo mapuche como pueblo, choque con el tipo de desarrollo construido sobre la base de «un solo pueblo, una sola nación, un solo Estado», por tanto la restitución de la autonomía pérdida por los mapuches gira en torno al reconocimiento como pueblo por las leyes chilenas. El mapuche no necesita reconocerse a sí mismo porque la diferencia esta en su ser, sino que debe fortalecer esa identidad de ser un pueblo, que debe restituir sus derechos colectivos como pueblo, no como minoría étnica.
Quisiera concluir el desarrollo de este trabajo leyendo la carta escrita al Presidente del Estado Chileno el 13 de Junio del 2000 por Víctor Ancalaf Llaupe, preso político mapuche, recluído en el centro penitenciario de Temuco, que expresa:
«Nosotros no somos terroristas, ni delincuentes como han tratado de catalogarnos y tampoco perseguimos ninguna ideología Winka, simplemente somos Mapuches, somos parte de un Pueblo distinto del que Ud. forma parte y nuestra única lucha es por nuestro territorio, por nuestro Derecho a subsistir como Pueblo, para que nuestros hijos hereden una tierra digna y se puedan desarrollar como Mapuches. Si por esto debemos estar Presos o incluso morir por ello, asumo los costos, con orgullo. El tiempo que he estado preso, me ha permitido entender y lamentar aún más lo injusto de las leyes chilenas y su aplicación ante nuestro Pueblo, ya que sólo han servido para atacar nuestra existencia, amparando a los poderes políticos y económicos de este País, ayudando a los intereses de unos pocos en desmedro de miles de familias Mapuches. Hoy, estamos presos, por evitar el genocidio que están provocando las Empresas en contra nuestra, por tratar de frenar a los mismos que talan nuestros bosques nativos, los que producen plantaciones forestales industriales, los que secan nuestras aguas y las contaminan, los que acorralan a nuestras comunidades, los que contaminan nuestros aires con sus productos químicos, los que provocan la emigración de nuestra gente desde sus propias tierras, en fin, los que intentan exterminarnos para ampliar su poderío. Para todos ellos ¿Hay leyes que los castigue? en ningún caso, sólo hay leyes que los ampara, que les permite atropellarnos. Por eso, están libres los que matan y estamos presos los que luchamos por la vida. Las leyes que Ud. Representa, son muy distintas a nuestras leyes naturales, lo que me hace ser muy respetuoso y obediente de las autoridades del Pueblo del que formo parte, los Lonkos y las Machis son nuestra inspiración y no hay Ley que se imponga a estas voluntades, porque llevamos la responsabilidad de toda una historia. Las leyes que Ud. Representa, podrán encerramos o perseguirnos, podrán sentarnos a una mesa para buscar intervenirnos, pero jamás podrán borrar de nosotros nuestro profundo sentir de libertad o nuestras más íntimas gestas libertarias. Creo, que todo mapuche, sin importar donde esté o con quien esté, de alguna u otra forma siempre conserva este sentimiento.»
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