sábado, 5 de julio de 2008

FILM NOIR Alberto Peirano

Corto la niebla con ella en mi garganta,
con ella catapultándome al hueco de esta noche
donde la esperanza muere al pie
de cuatro luces rojas.
El corazón resbala dando tumbos,
ciñéndome al pasado que no emigra,
reitera su anverso en mis pisadas.
Más allá, y sobre mí,
la ciudad que no duerme
-marejada de almas que pernoctan de pie.
Un bandoneón dormilón ensaya acordes
somnolientos, como regurgitándolos de su resaca,
tal vez disimulando que me vio pasar
o despidiéndome antes del telón final.
Las aguas turbulentas del Riachuelo
no me devuelven el reverso en mis latidos.
La llovizna
se suma al desencanto.

© Alberto Peyrano
Buenos Aires, Argentina
de "Agujas del Tiempo" antolog. Ed. Dunken 2008

1 comentario:

María Sonia Quevedo Hoyos dijo...

El bandoneón está triste, y muy cerca, sentado está del alma que en silencio llora por callejas solas.

Enorme sentimiento define la resaca (amargura).

Sonia Quevedo