Violeta
Al vaso de agua le quedan pocas burbujas.
Las uñas del diablo pintadas a la perfección
con todo el arte que mi mano derecha me concede.
Toda la espuria, arde. Y mengua el calor.
Híbridos mis parpados y tus mejillas aglutinadas por nada.
Camisas pardas, camisas negras…
Bucéfalos a carcajadas.
Avezados al labio extraño que lame el seso de la entrepierna.
Es fácil.
Es lógico.
¿Porqué Spengler lo piensa?
--.--
"El talento hay que buscarlo. Está decidido”, afirmó.
Pensando en las bellas piernas de esa mujer hermosa que el tanto amaba.
Quizá también pensaba en sus senos,
y como sabía el perfil que en su lengua
se erguían con victoriosa displicencia.
O quizá ni la amaba,
ya ni un recuerdo franco quizá tenía.
Tal vez toda esa línea desbordada del saco mustio del pasado,
solo era para no pensar en el hondo vacío que le producía estar sentado en esa plaza,
a esas horas de la noche;
esperando, solo.
Olvidándose que el talento, según el, hay que buscarlo…
--.--
Le dimos la vuelta al mundo y ahora estamos parados; pensando que ya nada será impredecible.
Ganamos una batalla suprema, somos dioses aburridos.
--.--
“Sublimio”
Debajo de mi luna pasan aves como moscas
Como autos mecanizados
Me bajo en busca de un porro
Y así volar mas abajo
Veo montones de alas rotas
Con motivos en cuentos falseados
La luna eclipsa mi sombra
Es la señal
Estoy preparado
Y me subo, pensando…
¿El infierno queda hacia arriba o para abajo?
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