pues no vas a perderme, porque tienes razón.
Cuánto estarás sufriendo y quisieras tenerme,
ante ti estoy inerme…, qué esperas, corazón.
Sólo dame una seña que ya todo ha pasado,
y correré a tu lado para ansioso enjugar
tus lágrimas que nunca se hubiesen derramado
por un tonto pecado, que te sabré explicar.
y correré a tu lado para ansioso enjugar
tus lágrimas que nunca se hubiesen derramado
por un tonto pecado, que te sabré explicar.
Te juro, nunca quise causarte esos enojos,
ver llorar a tus ojos en triste desconsuelo.
Mira…, estoy a tu lado, casi puesto de hinojos,
dispuesto a tus antojos…, para calmar tu celo.
ver llorar a tus ojos en triste desconsuelo.
Mira…, estoy a tu lado, casi puesto de hinojos,
dispuesto a tus antojos…, para calmar tu celo.
Dame sólo un segundo y podré demostrarte,
y después de besarte decide lo que harás.
Sin siquiera decirte que vivo para amarte,
optarás por quedarte…, y yo te querré más.
y después de besarte decide lo que harás.
Sin siquiera decirte que vivo para amarte,
optarás por quedarte…, y yo te querré más.
Al mirar tus mejillas inundadas de llanto,
aparece otro encanto en tu rostro de rosa.
Te he mirado en silencio y contemplado tanto,
que con pena y quebranto, pareces más hermosa.
aparece otro encanto en tu rostro de rosa.
Te he mirado en silencio y contemplado tanto,
que con pena y quebranto, pareces más hermosa.
Autor: Eliseo León Pretell
Houston Texas, EE UU
Octubre, 2008
Derechos reservados
E-mail: ellepre@yahoo.es
E-mail: zorzal47@hotmail.com
Página web: http://www.geocities.com/leonpretell/EntradadelaJungla.html
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