viernes, 10 de abril de 2009

LIDIA CRISTINA CARRIZO, CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, 7 DE MARZO 2009

AUTORA : LIDIA CRISTINA CARRIZO

Socia Activa DE S.A.D.E. Filial Centro CABA
MIEMBRO "A.P.O.A" Bs. As.
Asociación Poetas Argentinos
Embajadora Buenos Aires de " A.S.O.L.A.P.O."
Asociación Latinoamericana de Poetas y Artistas.

LOS SALUDO LES DOY MIS AUGURIOS FELICES
PARA ESTE NUEVO CICLO : "LUZ Y LUNA 2009"

ENVÍO POEMAS DE MI AUTORÍA PARA LECTURA


Piedra tosca, altiva, bella

Te aprisiono, en el murmullo de una estrella.
Aletean mis miedos, en el íntimo aliento de tus raíces.

No me detuvo el estremecer, de un adiós, en el dolor desoído.
Tanta noche, me embriagaban difusas palabras sin memoria.
Descalza, mis desnudos piés, en el refugio donde amé y te tuve.

Saber que sucedió como los ciclos, que se construyen, crecen
y regresan a cada elemento, aunque el frío pegue a mi alma.
la certeza de un azote, junto al vaivén de tu voz, allá, a lo lejos,
para verte brillar, como la desnudez de tu piedra, tosca, altiva, bella!.



LIDIA CRISTINA CARRIZO

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LA LLEGADA

Sus manos persisten elevadas
en el camino de sus cruces.
Alguien, anuncia que los salvará.

Rezos. Estremecidas plegarias.
Súplicas dolientes de niños con
rostros dolidos por la ignorancia.

Las criaturas pedirán pan dulce.
Todos los cuencos rebasarán
del supremo vino en su zumo.

Cánticos del templo lo anuncian.
Bocas esperanzadas, gozosas
esperan la llegada del Niño Dios.

Bordes colmados de asombrados rostros.
Los frutos impertinentes en el templo.
El universo de los hambrientos lo espera.

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Casa Antigua

Un manto gris de cemento,
cubre el camino de la casa.
Altos cristales, empequeñecidos a mi vista,
daban forma a mi infancia sueñera,
junto al resplandor de niña que desaparecía.
Descubrir, que el sol puede ocultarse en el
mejor día, que todas las flores se marchitan.

Revuelo y mágica ilusión ...
La farolera que tropieza ...Alicia en el país ...
Allí, escuché el canto de los pájaros.
Allí, soñé y amé la primavera de esos días.
Una pálida, tenue luz, irradia y refleja el cristal
de mis ojos, reconstruyendo serenos rostros,
ubicados en sus cosas, hallando sus lugares
acostumbrados. Mis primeros pasos y mi sonrisa
al pisar las hojas secas, con su música al viento.

Sus voces antiguas nada dirán de lo ocurrido,
ni por su silencio.Tientos labios posarán inocentes,
en sutiles máscaras, modelando dóciles palabras,
asombrando mi absurdo desamparo. Un cielo me
cobija silencioso, cómplice, eclipsándo, la duda de la noche.

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