ELISEO LEÓN PRETELL, CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, 7 DE MARZO 2009

ELISEO LEON PRETELL

NUNCA PODRAN
Autor: Eliseo León Pretell
Houston Texas, EE UU
Febrero, 2009

A veces pienso que eres la piedra
que gota a gota mi amor traspasa,
con tu amor puro serás la hiedra
que enamorada trepa y me abraza.

Soy la penumbra, el dorado ocaso
cubriendo tierno tu dulce ser,
densa neblina sobre tus pasos
buscando el néctar de tu querer.

Eres la lumbre de mi alborada
todo el motivo de mi ilusión,
yo el raro insomnio en tu madrugada
revoloteando tu corazón.

Tu eres la risa tras de mi llanto
rayo de luz en mi amanecer,
yo el aliciente de tu quebranto
cuando te sientes desfallecer.

Puede venir la más dura prueba
con viento y lluvia cual huracán,
estando juntos que nieve o llueva
más separarnos nunca podrán.

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Eliseo Leon Pretell


CONTUMACINA BANDIDA
Autor: Eliseo León Pretell
Houston Texas, EE UU
Enero, 2009

Los que saben de esta historia, lo podrán atestiguar,
cómo a dos solía amar, Violeta nuestra paisana,
dicen que muy de mañana, llegaba de algún lugar
cansada de tanto andar, con su pañolón de lana.

De noche, por la ventana, a lo Romeo y Julieta,
se derretía coqueta, con un vecino de a lado,
esto no sería un pecado; pero ésta tal Violeta,
urdía una jugarreta y el más picante bocado.

El pueblo estaba enterado, se hablaba ya en todos lados,
de sus dos enamorados…, ambos del mismo lugar,
se llegaron a enterar, del ardid los candidatos
y se rompieron los platos, del exquisito manjar.

Se quedaron a encontrar, entre el río y la Asomada
y allí jugarse a su amada, en un sanguinario duelo,
aquella tarde ni el cielo, pintaba una pincelada,
la niebla estaba cerrada, como blanquecino velo.

Dos hombres ciegos de celo, disputándose un amor,
dos jugándose el honor y el color de sus destinos,
dos gallos contumacinos, tras una hermosa mujer,
que los supo enloquecer, con sus besos libertinos.

Como voraces felinos, en el aire se agarraron,
luego sus cuerpos rodaron por la miseria sentina,
la gente de cada esquina a San Mateo imploraron,
mirando cómo quedaron…, por una contumacina.

Violeta, joyita fina, mientras peleaban por ella,
se ponía lo más bella, mirando desde un altillo,
llegó un brioso tordillo, veloz como una centella,
un galán sin dejar huella, se echó a Violeta al bolsillo.

El humo de un cigarrillo, brotó entre los dos paisanos,
mudos juntaron sus manos, no hacía falta decir nada,
casi en una carcajada se abrazaron como hermanos,
¡uno de los Chusucanos!…, les birló aquella tajada.

Se cumplió la bufonada, que mi padre dijo un día:
“ Si dos hombres a porfía, luchan por una mujer,
siempre un tercero va haber, que sin pelear todavía
se roba como una arpía, la presa y se va ha comer”.

Se metieron a beber, a una cantina escondida,
se dieron a la bebida, junto al murmullo del río,
lejos, entre niebla y el frío, iba la mujer bandida
hacia Chusuc en huída, sobre el anca del tordillo.

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