Dos menos uno.
No busques la razón, ni la cura
quédate con la ventaja de la duda.
No mires por hoy al pasado
con nostalgia por haberte enamorado
Ya sé no es fácil, no es sencillo,
cantar una canción sin saber el estribillo,
sin saber cuándo termina,
ni por qué, ya no basta la morfina.
Pero si es por culpa del olvido,
el dolor de cabeza de la almohada
no se sana con más flechas de Cupido.
Y para ser sincero,
aunque no quiera, a veces,
dos menos uno es cero.
Asuntos de cama.
No me atan los cordones que me pisas,
ni las rejas que le pones a la cama,
cuantos sueños se deshacen en cenizas,
en las manchas que le cuento a tu pijama.
Las estrellas son lunares de las sábanas,
las promesas un curita arrepentido,
los dolores de cabeza en la mañana
otra excusa que me deja deprimido.
El deseo de tus huesos recostados,
adormecido por el exceso de rutina,
ruina de los enamorados.
De nadie es esta culpa destructora,
son las pilas alcalinas que se acaban,
la bencina que ya solo se evapora.
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