COMPAGNON PIERRE DUBOIS MERCI
En el año
1986 que muchos llamaban “el año decisivo” PIERRE DUBOIS fue torturado,
detenido y expulsado de chile por órdenes expresas de Pinochet, llego a su país
natal a Francia, a la casa de su familia en Dijon, la ciudad de la
moutarde.
Una vez ahí,
lo invitamos a Grenoble por todas las comunidades de base, las organizaciones
sindicales, los partidos políticos de izquierda a una conferencia en la Iglesia
Saint Paul, llegaron los estudiantes, los obreros, las mujeres, los vagabundos
con sus perros, jamás se vio en Grenoble una manifestación así, a Pierre lo
estrujaron preguntándole sobre Chile, era la presencia de un luchador que
llegaba expulsado del sur del mundo.
Allí
recibió el cariño de los franceses, se hizo más grande su figura, después
recorrió Francia, Europa testimoniando de las atrocidades de la dictadura del
tirano y de sus fuerzas armadas.
Esa noche
bien tarde cenamos Pierre, Jean y yo, nació una amistad entre nosotros, nos
tomamos varios buenos vinos franceses, y la conversa fue hasta la amanecida,
Pierre incansable, analizando, acusando al tirano y sus esbirros.
En Grenoble
fue una noche mágica, la llegada de un hombre bueno, de un cristiano fiel al
mensaje de Cristo, siempre junto a los pobres.
Corría el
año 1993, eran los días de la Pascua, yo me encontraba como Prisionero político
de la dictadura en la Cárcel de San Felipe, gobernaba Chile el Patricio de
« en la medida de lo posible ».
La pascua y
fin de año son días duros, terribles en las cárceles, las esperanzas y sueños
de navidad no traspasan las rejas y solo las añoranzas de cuando “éramos
libres”, es doloroso el recuerdo de seres amados, la familia, y la sensación
del alborotamiento de los internos por delitos delincuenciales, sube un grado
superlativo, muchos de ellos no tendrán visita, otros que tienen familia lejos,
se quedaran con las ganas de abrazar a alguien cercano y los otros que por su
larga vida fuera de la ley ya no tienen familia, los peligros en esas fechas son
para tenerlos en cuenta en cada recoveco de las galerías, una cuchillada puede
cambiar la vida, dentro de los infortunios.
En realidad
todos los internos de esa cárcel se habían preparado, “por si acaso” lucían
bien limpiecitos, ropa impecable, nerviosos todos, el recuerdo de un niño
nacido 2 mil años atrae recuerdos y sentimientos cruzados, cuando las rejas no
permiten mirar mas allá, el día anterior es el alboroto general, algunos
esperando novias y si se puede preparar un rinconcito para tirar un polvito,
otros esperando a esos viejos padres cansados y sufrientes, todos duermen
pensando en ese misterio de navidad…
El 25 de
diciembre día de visitas, se converso con el Alcaide para que las visitas que
vienen de otras provincias entren a las 10, así se acuerda, no con menos
problemas de la guardia interna, pero al final ellos ceden, los nervios agitan
a estos marginados, a estos que se hacen valientes, pero la cercanía de estas
fechas los hace un poco tiernos, y si pensáramos todo el año que es 25 de
diciembre, que pasaría, a lo mejor sería más llevadero el cautiverio.
Ese 25 de
diciembre, mi mujer había viajado a Francia, mi familia que vivía en otras
provincias no vendrían, yo les había pedido que lo pasaran con sus niños,
algunos obsequios artesanales en madera les envié a sobrinos la semana antes,
con madera de una viga que cortamos en una galería cuando ‘los pacos” tomaban te
en la guardia interna, esa madera era preciosa, Raulí del sur de
Chile.
Habían
llegado centenares de visitas, todos pasaron a una cancha de futbol pequeña
que hay en el interior de esa cárcel de San Felipe que se ubica en la calle
Molina N° 10, cuantos cientos de cartas llegaron a esa dirección del extranjero
de amigos y desconocidos que por el mundo me entregaban su apoyo y solidaridad,
ese gesto grandioso de solidaridad es la ternura de los pueblos, ese día y los
días que hay visita, solo salen de las carretas , los internos que tienen
visita, yo me quede solo en una carreta, solitario expresando una profunda
melancolía y me embargo la tristeza…
Ya no
tendría visita, fumaba y tomaba mate solo, como un vagabundo del espacio, cuando
a eso de las 16 horas se abre esa pesada puerta de fierro y un Gendarme me dice
gentilmente: Señor Piñones tiene visita” grande fue mi sorpresa porque a esa
hora ya nadie vendría, en fin salí a recibir a esa visita a la puerta de
entrada de esa cárcel cuan grande fue mi sorpresa, era la imagen de un ángel,
era la voz de un hermano que me hablo, era el abrazo mágico de un luchador
insobornable, en esa cárcel SE HABIA PRODUCIDO LA VENIDA DE CRISTO SUFRIENTE.
Era él en
persona con un paquetito chico de regalo que me lo entrego con un beso en mi
mejilla, esto es de tus amigos de Europa que me llaman a cada rato para saber
de tu suerte, este santo hombre que llego ese día después me inspiro para
escribir una poesía bien conocida, publicada a varios idiomas: fue un encuentro
mágico con PIERRE DUBOIS.
El estaba en
servicio y misión el Talca con la JOC (juventud obrera cristiana) viajo desde
temprano para llegar a San Felipe y estar un rato conmigo, regreso tarde en la
noche a Talca, que grandioso momento recibir a este hombre luchador, valiente,
entregado a los más pobres, me traía un montón de cartas de Europa, yo estoy
escribiendo esta nota; desde mi ciudad de Cabildo, cuando a Pierre lo velan y
se le rinden homenaje en chile y por el mundo al maestro al defensor de los
derechos de las personas.
El tiempo
pasa raudo yo conquiste mi libertad luchando firmemente al chantaje que ejercía
sobre los últimos presos de la dictadura el gobierno del Patricio DC con su
famosa ‘oficina” concertacionista, debí viajar a Francia con mi esposa para
salvar a mis dos hijos menores que nacieron con muchos problemas, nos instalamos
en la ciudad de Grenoble, allí fui recibido por otro grande defensor de los
pobres el l’abbe JEAN FRECHET en la Parroquia Saint Paul, Jean fue padrino de
mi hijo mayor Jonathan Lautaro y me bautizo a los mellizos.
Seguíamos de
cerca la ansiedad y el sufrimiento de la patria por la feroz represión de esa
dictadura criminal.
Pierre
Dubois ayer se durmió, se fue de vacaciones, harto falta la hacían, Pierre no
ha muerto, se queda luchando por siempre junto a los pobres que recogen su
legado y su ejemplo.
Jean Fechet
, Cura de Saint Paul, falleció en marzo del año pasado, fue elegido el hombre
del año en Francia por su defensa a los pobres, se le conoce como l’Abbe
Pierre de Los Alpes
Dos
hombres que son recordados por miles de personas, ahora y de eso estoy
seguro deben estar en la Casa contentos de haberse reencontrado y desde allí
seguirán dándonos fuerzas para no bajar la guardia, y traspasar estos tiempos
difíciles donde están todos concertados y acuerdan las cosas importantes entre
ellos que están dentro del sistema que es legado de la dictadura. Y a los
pobres los marginan de todo: bendita “democracia”
PIERRE DUBOIS, amigo un grand
MERCI
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