lunes, 24 de agosto de 2009

CAFE LITERARIO LUZ Y LUNA, ACTIVIDADES POSTERGADAS, MARTA ROLDAN

“Detrás de mis celosías”


Prólogo:


Soy todas en una.
Soy ninguna.
Soy la que quiero ser en mi cabeza,
soy la que quieres que yo sea en tu lecho.
No soy
las que he perdido en el camino
por tomar la decisión equivocada,
las que quedaron llorando
en el recodo,
en el confín oscuro
o el laberinto
por mí
y por los otros
abatidas.

LOS QUIERO:

Recuerdo de tinta:

Me viste escribiendo poemas para otro.
No ese otro al que permites tenerme.
No ese otro con el que te gusta verme.
Me ofreces tu pecho sangrante
que aún tiene clavado mi cuchillo de tinta.

La ofensa y la deshonra
de recordar al otro
me ha privado esta noche
de disfrutar contigo
el amor más sincero y abierto.
Mi pasado es infiel e inteligente.
Un maldito holograma
me ha truncado el presente.

Fuera de todo razonamiento lógico:

Y quién te ha dicho a ti
que está bien visto
andar diciendo por allí
que yo te pienso.
Si tú sabes tanto como lo sé yo
que soy esposa
y bien casada, por cierto.
Y quién te ha dicho a ti
que son tus besos
los que han dibujado mejor
sobre mi cuerpo.
Y quién te ha dicho a ti
que son tus manos
la medalla de oro del deseo.
Que yo busco tus ojos en los otros
y busco tu cabello en sus cabellos.
Quién te ha dicho a ti
que puedes ir
por la vida revelando mis momentos.

Si lograra arrepentirme de haber dado
y lograra arrepentirme de haber hecho,
me arrepiento de amarte locamente,
me arrepiento de guardarte en mis recuerdos.

El saludo:

Olvidando a tu novia y mi marido,
hoy tu saludo
fue una invitación.
Yo me hubiera saltado la ventana
y me hubiera omitido el protocolo
y me hubiera devorado los principios
solamente por esos “hola” tuyos.
Si pudiera eliminar a los vecinos
me lanzaría sobre tu cabellera
y sobre tu carita de angelito
del demonio.
Sin embargo
me alejé mientras silbabas
y no pude saltar por la ventana
y resistí a omitirme el protocolo
dándole prioridad a mis principios.


Dejaste tu perfume:

Quedan los labios inflamados.
Mi corazón es una nube
atrapada entre estos pechos
que huelen todavía a tu saliva.
Los suspiros no se quiebran
detrás de mi garganta
abierta y dilatada
desde adentro hacia afuera.
Alimentaste las ganas de tenerte otro día.
Por muchas otras horas
esquivar esos ojos
que avergüenzan mi alma
por mirarme desnuda.
Muchas otras horas
escuchando jadeos
que alimentan el aire
postrado de rodillas
ante tanto deseo.
Muchas otras horas
lamiendo tu sudor,
la humedad más preciosa
que he tocado en la vida.
Mis manos deslizándose
bailaban en zigzag
de tu pecho bañado
a tus abdominales.
Me dejaste tranquila
sin culpas y sin miedos.
Me dejaste rogando
por tenerte de nuevo.


Aniversario:

“Veinte años no es nada”
y veintiuno es una vida.

Estamos juntos desde toda la vida.
Compartimos la cama,
el armario, decisiones.
A veces no entendemos
si los dos somos uno,
si escuchas cuando pienso
o vibro cuando tú sientes,
si estamos entreverados
o ya nos mimetizamos,
si al otro lo perdimos con el tiempo
o los cambios reforzaron este amor.

Existió un momento
en el que convergimos
para formar un ente.


“Lo esencial es invisible a los ojos” (Antoine de Saint-Exupery)

Coyuntura.
Madurez.
Ubicuidad.
Arrepentirse del pasado intempestivo.
Temor por el futuro compartido
con la misma persona, hoy diferente.
Silencio incomprendido.
Hechos confusos.
Sólo el sexo nos mantiene juntos
¿y cuando se termine la pasión?
descubrir que hubo un motivo
- de presente invisible -
extraño a nuestros meros genitales,
más allá de las cosquillas en el vientre,
que disfruta más de un punto en otros puntos
irradiando un poder superador de cuerpos.


NO ME QUIEREN:

Discernir:

Me transformo en mil prostis
para satisfacerte.
Puedo ser la mujer
más prostituta de esta Tierra
cuando estoy entre tus piernas
o entre las otras piernas.

Pero no puedo
cambiar mi carácter colérico
y no puedo
controlar mi temperamento
(o no quiero)
Soy todas las putas que quieras,
pero pienso.


La mujer perfecta:

Creo que pretendes
que me convierta
en un cubito de hielo,
así,
tan pequeñita,
dejaría de estorbarte.
Creo que pretendes
transformarme en muda
para obligarme a abandonar
los sentimientos.
Sería tan fácil.
No siente/ no piensa
no habla/ no existe
no crea/ no vive.
La mujer perfecta.

El amante virtual:

Cuando no te conectas
la angustia
se me imprime
con dolor en el pecho.
Se me seca la piel
de las manos
pegadas las yemas
al inerte teclado.
Un desconcierto
de córnea, iris y cristalino
recorre los pequeños
ángulos confusos
del estéril monitor.
Cuando no te conectas
ese espacio cibernético
es el más vacío de los infinitos,
entonces corto y pego
tu foto
y me hago un fondo
de pantalla
a medida
con tu imagen tachada.




La pluma negra:

Con esta pluma
te ensombrezco el mundo,
así,
cada uno de tus pasos
lo ilumina,
lo recrea
a tu entera voluntad.
Ojalá pudiera
diseñar otro camino,
alinear el rumbo
y acercarte a mí.
Con esta pluma
oscurezco unos ojos,
delineo unos labios,
dibujo unos músculos,
pinto un corazón.
Te recreo
a mi entera voluntad.
Y cuando te tenga
como yo te quiero,
con la misma pluma,
con mis mismas manos,
la punta de los dedos,
las uñas
y la boca
y la lengua
te haré sentir que eres mío.

Seguro retorno:


Volver a apasionarse
Volver a ser abandonada

Volver a vivir inapetente

Volver a pensar
en el que ya no piensa en mí

Volver a querer

Volver a verlo desde lejos

Volver a desear
aunque sea
un guiño de su parte
desear verle un diente
una pestaña
una uña

Volver a morir por una palabra suya

Volver a sentir
Volver a dejar de sentir

Congoja
Melancolía
Suspiros
Ni una lágrima.

Sumisa:
Cuando me autorices, yo respiro.
Cuando lo desees, me concedo.
Cuando digas: ¡salta! ya lo sabes,
preguntaré solamente cuántos metros.
Aprendí a callar si estás de malas,
a decir que sí hasta no queriendo,
a tragarme la palabra inconveniente
para no alimentar con leña el fuego.

Desorientada:

Dime, por favor,
dónde puedo encontrarte
o si un rastro de ti
quedó en alguna parte.
Es difícil resolver el acertijo
de por dónde empezar.
No puedo hallarte.

No estás en los pasillos
de esta biblioteca
ni sobre la arena o las piedras
de la playa
que el domingo pasado caminé.
No te hallo en los ojos que estoy viendo
ni en los que he visto hasta hoy,
duele pensar que no estarás
en ninguno de los ojos que veré.
Sin importancia:

Nadie lo sabe.
Prometo no decir jamás
que has bajado de nivel para tenerme.
No comparto tus mismas:
ascendencia azul,
visión del mundo,
cuenta bancaria.
Posaste tu verdor caritativo sobre mis ojos miopes
y yo, por gratitud, lo disfruté.
No me haces falta,
objeto de lujo que deseo.
Si decides reaparecer
te aceptaré como a un regalo.


Orden:

Ruego por el orden.
Pongamos cada cosa en su lugar:
tú en donde estés
y yo




acá.


Matar por ser amada:

Escoger a la víctima va a ser empresa fácil
(una lista virtual en mi memoria existe).
Matar con la ignorancia su frescura presente.
Negarle la palabra.
Clavarle la mirada.
Un gesto desafiante lo retará a este duelo
de matarnos fingiendo que el otro es invisible.
La solución será:
si no lo tengo yo
nadie,
nunca,
por nada,
mientras yo viva y él viva,
lo tendrá.
Haré como el gran mago,
de espaldas hacia el cuerpo del delito,
me volteo
y no existe.

Volver donde estuvimos juntos:
(a un tal Sulle)

Al banco del primer beso en el patio de la escuela.
Al charco bajo la lluvia en la esquina de mi casa
(dos bajo un paraguas deseando besos húmedos).
Al bar del desayuno entre dos sueños.
Al andén del saludo con tu uniforme azul.
Volver a tenerte solamente por fotos
o mensajes de tinta sin perfume ni labios.
Volver a estar unidos por un recuerdo oculto
en el cerebro, cerrado, para que nadie sienta.
O por este vacío anudado en el pecho
que anula la palabra,
espesa la saliva,
lastima en el esófago,
duele el riñón izquierdo,
late detrás de la oreja
y turba el pensamiento.
Encontrarte de nuevo donde estuvimos juntos,
juego peligroso del anhelo más íntimo,
secreto perseguido por la imaginación.
Incomunicada:

A veces no deseas
hablar conmigo y lo entiendo.
Hay personas que pueden
vivir sin otras, aunque les digan
"Te pienso".
Pero, a veces,
una burbuja de vacío en mi garganta
extraña tus palabras
y tu esquiva mirada/hielo.
Pero, a veces,
una fuerza melancólica en mis ojos
los cierra
para verte adentro.
¿Qué significa
"Me enloqueces"?
Quizás
cambié el significado
para poder creérmelo.
Me incomunicas
por placer de hacerlo.



Si hay un Dios:

Siempre escribí Dios
con mayúscula.
Creo en Dios.
Creo en El Todopoderoso.
Creo que existe Alguien
superior a mí
para eliminar mis pecados.

Pero sobre todos,
el pecado de desearte,
el de soñar que te tengo
desnudo
besándome como antes.
Pero sobre todos,
el que me empuja a buscarte,
el que me quema partiendo
del pubis
hasta este pecho anhelante.
El que me obliga a sentir
amor por lo que está prohibido
y que me es prohibido amarte.

Quiero saber:

Quiero saber
si te gusta la miel,
la manteca
o la mermelada.
Cómo es tu rostro
cuando te despiertas a la mañana
y cuando haces el amor.
Dónde prefieres recibir caricias
y dónde quisieras que te besara.
Quiero saber
si te gusta el orégano,
el romero
o la albahaca.
Con qué hierbas aromáticas
condimentas tus frases.
Si deseas que te diga palabrotas,
qué tan picantes te gustan las palabras.
Quiero saber
cuál es tu punto G
y tu punto de ebullición
y tu punto de orientación.
Si abres las ventanas
de tu casa
para dejar entrar al sol.
Cómo abrazas,
cómo jadeas,
cómo amas.

Quiero saber
desde dónde nació este odio
que te hace ser tan cruel conmigo,
si
yo
todavía
te
quiero.

Desecho:

Así quedé
al borde de la cama.
Casi callando.
Casi desbordada.
En parte víctima,
en parte victimaria.
Logro y conquista
del pseudo Casanova.
Hecha y deshecha.
Hecha y desechada.


Adiós a tu recuerdo:

Estiro el cubrecamas
estampado de rosas color crema,
ni jabón de lavadora ni perfume
le quitan el olor de tu presencia.
Sacudo las almohadas,
ellas sienten todavía tu cabeza.
Lustro el parqué donde pisaste
descalzo y desnuda tu belleza.
Abro las ventanas invitando
entrar al aire para reemplazar tu ausencia
y me choca en la frente un día precioso
que no entiende mi manía de limpieza.
Serie:

A

No es justamente mi cerebro el que te extraña,
otras partes de mi cuerpo
sufren tu lejanía
y, como muñones cicatrizados,
creen que todavía estás entero.
Mis concavidades te sienten dentro
y mis protuberancias quieren penetrarte.

B

Llevo tu beso permanente
clavado en el hombro izquierdo
y uno en cada pezón
y otro en medio de los pechos.
Llevo tu mano enganchada
a la cintura con fuerza,
llevo tus ojos cerrados
disfrutando de mi sexo.

C

Eres mi estigma en el útero.
Y yo
la brisa que te mece los cabellos,
los guijarros en el río
mirando el sol sobre tu cuerpo,
soy, de incógnito,
el Adriático y te beso,
soy este verano
que te desnuda el deseo.

D

Soy todas las mujeres que has tenido
y las del presente
y las que vendrán.
Te crees sucesor de Casanova
y posees solo a una
repetida en las demás.



Epílogo:


Pensálogo de los amantes deprimidos:

ella

Y él está deprimido.
Y es un volcán que explota
a través de los ojos.
Y en lágrimas de lava
me transmite su ánimo.
¿Por qué no dice:
”Te amo y te deseo”?
¿Por qué no me dice:
”Tengo miedo”?
Tiembla,
jadea,
se contrae.
Cada músculo de su cuerpo
sufre.


él

Quiero hacerte el amor
sin límite
de tiempo,
de espacio,
de lugar.


ella

Dejemos que el tiempo se derrita
en tu semen.
Hagamos que explote de otro lado
el volcán.
Que el espacio sea sólo
el que recorran tus labios
y el lugar,
que yo elijo,
está en tus pectorales.

Por favor, no llores,
disfruta ser amado.


él

Quiero hacerte el amor
de todas las maneras:
las desconocidas,
las exóticas,
las orientales
y las occidentales,
las solas
y las acompañadas.
Vestida para desvestirte,
maquillada para despintarte,
caliente para disfrutarte.
Desorientada,
nueva y antigua,
renovada,
creciente,
luna llena
de dulce de leche.


ella

Quiero hacerte el amor
de todas las formas
y de todas las sustancias.
Amor de látex,
de silicona
y de manzanilla,
para disfrutarte despacio
en cada sorbo
y cada cucharadita.

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