martes, 1 de julio de 2008

Y QUE ESPERAMOS LOS ARGENTINOS William Baccino

Y que esperamos los argentinos, años hace que estamos sometidos a los caprichos de los grupos de poder, años que observamos absortos e incrédulos como se adueñan de nuestros recursos, como destrozan y desmedran nuestros ingresos, como se acrecienta el hambre y aumenta la riqueza.

Me pregunto, de que somos culpables el 80% de los argentinos y de los residentes en este país bendito, es mi caso, para ser castigados por ciclos de arrebatos económicos que vacían nuestras arcas, reducen nuestros ingresos, y nos hunden en la zozobra más cruel, en la desilusión, el desencanto y la desmoralización, desgarrándonos el deseo de vivir en un país en serio. Porque todos, todos de ese 80% de los argentinos, son los que aman, sienten, y luchan por un país mejor, son los que sufren en una final Argentina-Brasil, los que alientan a Ginóbili y la selección de basket, son los que tienen un corazón y en él a la Argentina, que no saben de intereses económico, de grupos de poder, de lobies, y de todo ese repugnante mundo de falsedades y crueldades, que siempre los margina, son los que se levantan todos los días cuando despunta el sol y antes también, a plena noche, para dirigirse a trabajar, son el músculo y el motor de la Argentina, son los que hacen grande este país, o luchan porque así sea pero que en el momento de las grandes decisiones, están solamente para poner su voto y creer que con la democracia, todo se logra, pero no, lamentablemente no, porque tenemos profundamente clavada la daga de la intolerancia, que esos grupos de poder usan a destajo, de derrocamientos militares a derrocamientos institucionales, Alfonsin, De la Rua, y toda la seguidilla de presidentes , en un espectáculo vergonzoso, que siguieron a la "renuncia de De la Rua"
Vivimos en una sociedad claramente marginal, donde los más ricos se hacen cada vez más ricos y hunde a la mayoría a pelear por un reparto de lo que queda de los ingresos del país que cada vez es porcentualmente menor, en un toma y quita del que ya sabemos quien es el ganador.
Uno no deja de asombrarse de ese panorama nefasto , egoísta e ilógico en el que estamos viviendo, en esa sociedad que no tolera o respeta la democracia por la que luchó, que no soporta admitir que si alguien fue electo por mayoría, y que cumple su mandato de cuatro años, debemos respetar hasta la finalización de su mandato para elegir a su sustituto, ese es el juego de la democracia, es el juego de afianzamiento de las instituciones, del respecto y la tolerancia y la cultura, (de la que carecemos bastante), pero también dentro de ese respeto mutuo que nos abarca a todos.Yo no puedo avanzar sobre los derechos del prójimo, mis derechos terminan donde empiezan los suyos, y los de la colectividad, yo no puedo tomar acciones que perjudiquen a la mayoría, hacer eso es caer en el patoterismo, la violencia, de grupos llamados de poder, como hemos sido recientemente sometidos durante estos cien días, porque todos fuimos rehenes, todos llamados a presionar, vivimos una situación de la cual no fuimos responsables y sin embargo, motivados a protestar y a soportar consecuencias de las que no éramos propietarios. 
Mientras transcurrían esos días, departe de quienes conducen y administran el estado nacional, se producía una inacción tremenda, encasillados en un enfrentamiento de caprichos con los cerealeros, hasta que, oh! mágica y bendita solución, se acordaron que la democracia tiene elementos que justifica precisamente como se le llama “representativa” y se elevó al parlamento el proyecto de ley. Se ha solucionado el problema?, no aun pero estamos en los cauces democráticos de los cuales nunca deberíamos salir y ante los cuales no debemos renegar de sus decisiones.
Pero hablaba más arriba de este panorama nefasto y egoísta e ilógico de una sociedad que deambula enferma, hay cosas que no se explican, que pintan una ruindad, una crueldad, un desinterés propia de pueblos primitivos, que quizá lo seamos, porque no me entra en la cabeza, como una nación rica, como esta, pueda tener los bolsones de pobreza que anidan en todas las grandes ciudades del país; no pensemos que eso no es nada, peor aun es la indiferencia , intolerable la indigna concepción que tienen los políticos de ese núcleo de personas, el denigrante trato que les otorgan, las desconsideradas soluciones que intentan darle a situaciones que hasta les resultan convenientes para sus aspiraciones políticas, porque tirándole un mendrugo, míseros 250 pesos hoy, mañana algunas chapas, mantienen una electo-dependencia que condiciona el voto futuro, parece que someterlos al hambre, denigrarlos como personas, tolerar condiciones infrahumanas para seres que son iguales que nosotros , simplemente, nacieron excluidos, marginados y pareciera que ese es su lugar en la sociedad, porque nadie ha elaborado un plan que contemple erradicar las villas pero no digo solamente hacerles habitaciones dignas, que eso en algún caso se ha hecho , digo dignificarlos como personas, como seres humanos , elaborar un programa que contemple un estudio sociológico, una solución de trabajo, educación, una solución definitiva para estos seres humanos que son tratados por la sociedad “casi como humanos”, devolvámosles la humanidad completa y terminaremos con los D´Elía, los Castell, las Nina Pelosso y con todos los punteros menores que de estas situaciones sacan rédito político y por que no económico.
Me resulta repugnante, cuando esos grupos de poder, (llámese, campo, financiero, político, etc etc) precisamente ejerciendo ese poder, implementan acciones en defensa solamente de su rédito: económico , político, sin importar para nada las consecuencias que puedan estar iniciando con estas medida. Demuestran un egoísmo , una falta de consideración hacia todos , diría una indiferencia total, poniendo en práctica, el “me importo yo y sólo yo”, mas relevante si duda para ellos que el bien general, que conseguir una sociedad sana, que honre al ser humano y lo dignifique como un todo, que demuestre aspiraciones comunes que beneficien a todos y dejar de lado de una vez por todas a individualismo egoístas y nefastos.

Aun nos falta mucho, para madurar como sociedad, para demostrarnos que el prójimo nos interesa, que nos resulte gratificante lograr y vivir en un país ordenado y justo. 

William Baccino

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