Lelio gurruchaga.
En busca del milagro
Me ahogo en sombras esparcidas
por el recuerdo de tu ser de escarcha,
al igual que barco fantasma navego
sobre historias muertas caídas de bruces.
Resucitarlas insisto, en busca del milagro
erguido sobre mi memoria latente,
descubrir el instante que macera
el gris del último relente.
Reencontrar la pálida blancura,
que estrenaba una noche
tu piel de aterciopelada magnolia,
para el asombro de mis manos.
Es imposible penetrar
el húmedo cielo que apagó la luna,
siendo llama mi pena
y miel derramada la primavera.
Crece la flor mustia
en mi jardín cubierto de tristeza,
lumbre a tu inmaterial presencia,
quijotada de una esperanza.
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Ejercicio
La mejor manera de traer
la paz al mundo es aprender
a hacer pacífica nuestra
propia vida.
Pegada al amor y al silencio,
que no es callar, es escuchar,
al gran Maestro que nos enseña
aquietarnos en el mensaje.
El río profundo es silencioso
el arroyo superficial ruidoso,
Santa Teresa de Jesús, dice
eleva el pensamiento y al cielo sube.
La palabra es ejercicio de paz,
en los problemas de la humanidad
ruido de venalidad,
en río de aguas contaminadas.
Armonía practicada es felicidad
lograda, puede compartirse,
comunicarse, irradiarse,
en una nueva manera de vivir.
Amigos míos, encuentren la paz en
el origen de vuestros actos.
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Culpa
Utero con huevo de reptil,
es degenerada herencia adúltera
con maldición bíblica,
imposibilidad de perdonar culpa,
es estigma inútil
por cordón umbilical retenido,
confesión a negra sotana
inquisidora estéril,
es impregnar de anímico color el alma.
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