ALEJANDRO DREWES
ULISES
Resbalan los pies
sobre las hondas hojas
azules del mar
Y no abrigan las olas
tú bien lo sabes
Pero escucha
el canto del viento
que salvajemente
ante los ojos cruza
y piensa luego en los dioses
a cuyo pesar has querido
iniciar este viaje
gigantes bestias y lascivas
brujas ofrecidas no cierren
entonces tu paso a la nada:
sea tuya la negra piedra
en la casa infernal y antes
el sordo caer de la nieve
del Norte te hiera: Ulises,
se te va yendo la vida
y acechan voces extrañas
Otros inviernos cargan la espalda
y a tus hombres los pierde
la niebla: tan lejos de Ítaca ya,
Ulises, bajo el mismo negro sol
aquí donde nada queda ya
ni la sombra de Grecia te ampara
BAJO LA NOCHE
En otro cielo
he creído
en un tiempo tal vez
menos ingrato
con otros esperaba
la mano y los frutos
aún no era llegado
este aire turbio, triste
o tal vez llegó y no lo supe
como si de pronto
algo quedara detrás
de un duro cristal invisible
todo ha sido apenas
una imagen extraña
el sentido de un viaje
hacia el fondo de la noche
cada ciclo de la rueda
bajo el arco infinito
que arroja las estrellas
como dados hacia dónde
las manos vacías restan
la sombra del viento
cruzando el espejo:
este dolor ahora, tan callando
Alejandro Drewes
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