viernes, 19 de junio de 2009

GONZALO CABALLERO, CUENTO,

GONZALO CABALLERO

El dicidente

Esa engañosa conclusión se apodero de su vida. A partir de ahí, su vocación se transformó en una cuestión legal.

El sueño de curar se le derrumbó a pedazos, los 9 años en La Plata, las toneladas de libros que había leído, y seguía leyendo, confirmaban una tras otra, que la medicina se ocupaba de pacientes que... serían pacientes de por vida, enfermos crónicos… a penas aliviados en sus síntomas.

Si sólo hubiese sido eso... tal vez...

Pero no, la medicina es como ese juego... “La batalla naval”; y el problema es que un desacierto no significa "agua"; más aún, podía dar en el blanco con mucha efectividad pero... y los efectos colaterales, y las contraindicaciones?

H5 podía significar "agua" y además problemas de presión, mareos, vómitos o una dificultad motriz de acá a 10 años. Incluso si H5 fuese el punto, "el blanco", había que tener en cuenta que los puntos H6, G6, I6 y D4 serían afectados directamente por la onda expansiva del medicamento... ojo, siempre hablando dentro del contexto legal, está escrito en el prospecto, acá no se está engañando a nadie…

En este sentido el respaldo, el marco legal era un hecho, los médicos podían salir de un juicio de mala praxis sin mayores inconvenientes. Todo está especificado en los prospectos.

Más de un colega se lo dijo "...los paciente eran potenciales enemigos, personas que el día menos pensado podían llevarlos a juicio y sacarles el título; tenía que cuidarse".

Y las pastillas se transformaron en bombas; había que manipularlas con cuidado, y rogar que hicieran lo que tenían que hacer porque "... la responsabilidad del médico es civil y penal" ...decía.

Entonces "el curar" había sido parte de un sueño, como un ideal de sus años de estudiante; la realidad era otra. Se trataba de encontrar la pastilla correcta para aliviar... tan sólo los síntomas, y a la vez, causar el menor daño posible. De eso se trataba la medicina.

Empezó, poco a poco, a interesarse por tratamientos alternativos: esto, aquello, lo otro... en fin, nada era seguro, había perdido ya la esperanza de curar, la fe, la convicción de que era posible.

Demasiada medicina occidental… le quemo la cabeza.

No hay comentarios: