De *Miguel Crispín Sotomayor. Cuba. Para Café Literario Luz y Luna. Algunos poemas. 25.03.09
Miguel Crispín Sotomayor. Cuba. Reside en La Habana. Graduado de Ingeniero Agrónomo Pecuario en la Universidad de La Habana. Ha escrito y publicado los poemarios: “En la Distancia” (África 1978-80) y “Fantasmas de Quijote” (2006-07) y “En la redondez del tiempo” (2007-09), inédito. También ha escrito cuentos, testimonios y en la actualidad escribe una novela histórica. Colabora habitualmente con las revistas literarias digitales “Inventiva Social”, “Poemas en Añil”, “Misioletras”, “La Buhardilla”, “Territorio de Encuentros”, ”Con Voz Propia”, “La Máquina de escribir”, “La Iguana”, ”Mapuche”. “Revista Poeta” y otras, editadas desde Argentina, así como en las revistas Artesanía Literaria (Israel), Isla Negra (Italia) y en “Rincón de Poesía” (España). Poemas suyos han sido publicados en “La Jiribilla” de Cuba y en otras revistas y blogs de Brasil, México, Colombia, Venezuela, España y EE.UU. Sus poemas han sido y son leídos ocasionalmente en programas radiales de dos emisoras argentinas, una de Perú, una de EE.UU. y otra de Francia. Es Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) , de Poetas del Mundo y de la Sociedad Mundial de Poetas. Poeta Fundador del Primer Museo de la Poesía Manuscrita, San Luís, Argentina. Director del Movimiento Cultural del Proyecto de Contra información ArgosIs-Internacional en la Red…
-Del poemario “EN LA DISTANCIA (ÁFRICA, 1978-80)”:
“...Sueña lo que hago y no digo...”
Silvio Rodríguez.
Hay cosas...
Hay cosas
que nunca hablo.
Hay cosas
que nunca pienso.
Hay cosas
que aunque las pienso
al nacer
se van muriendo.
Hay otras
que aunque las hablo
ni siquiera me doy cuenta
de que las estoy diciendo.
Si te dicen...
Si te dicen que mi impaciencia muere
que la calma me acuna
y mi pensamiento está pronto a dormirse, no lo creas.
Si te dicen que mi amor voló
y en su nido crece la indiferencia
y un poco de despecho, no lo creas.
Si te dicen que me olvido de ayer
y me resulta igual
el nacimiento o la muerte del día, no lo creas.
Porque cada tarde muerdo algún recuerdo
a la caída del sol
y algunas noches
deseo robarme una estrella.
Siempre
En todas las calles
las casas
los puentes
los ríos.
En cada niño
y cada mujer que pasa.
En cada risa
y cada palabra que oigo.
En cada café.
Me persigue tu voz
y me miran tus ojos.
Corre el amor
Corre el amor entre mis dedos,
salta a mis ojos. Muere en el corazón,
todas las noches.
Corre el amor por mujeres descalzas
y el futuro en la espalda.
En el color del negro amarillento
y en la tos perenne que lo ahoga.
Corre el amor en la cabeza
que se prepara para el vuelo del yugo,
en el “milho” que hierve y la mandioca.
-Del poemario “FANTASMAS DE QUIJOTE” (2006-2007):
¿Por dónde andas?
¿Por dónde andas
hombre de lanza angosta
y jamelgo escuálido?
¿Por qué demoras ir a la carga,
con alma y lanza,
contra el imperio?
“Sé que la vida se esconde tras la apariencia de un muerto.”
Silvio Rodríguez, cantautor cubano.
Plaza de Mayo
Están
en calles empedradas.
En esqueletos ocultos en cerros.
En el fondo de ríos y mares.
Sin banderas.
Sin cristos.
Sin salmos.
Sin el consuelo del creído paraíso.
Están
En Madres y Abuelas emplazadas
y en el dolor de la América Nuestra.
Caperucita
A una niña iraquí.
Caperucita se va sin despedirse. Escapa del lobo uniformado.
Su mirada va al cielo. Intenta encontrar algún dios,
apresar para sí reyes magos. No sabe.
Los reyes escaparon del Oriente y los dioses están lejos.
De sus ojos gotean primaveras
y ante el asombro de un retoño humedecido
crecen sus manos. Pretende encontrar a la tierra las entrañas.
Un viejo carretón transita entre dos siglos.
La madrugada oculta los luceros.
Las estrellas fugaces excretan la metralla,
secuestran la inocencia para llevarla al cielo.
Caperucita escapa.
Serpentea el camino de la muerte,
de la mina que la llama, cuando estalla.
Rocinante galopa sin jinete
Cuando campana y campanero se disputan
la asistencia de más o menos feligreses.
Cuando las ratas corren al maullido del gato.
Cuando la calma contiene indiferencia
y se traga la palabra rebeldía.
Cuando el amigo se transforma en moneda.
Cuando amantes aman,
según la plata que promete el bolsillo.
Cuando simulo alegría, mientras rabio
con más rabia la impotencia.
Cuando todo está bien y mucho anda mal
y viro la cara para no ver.
Cuando me importa un bledo
comer y otros no coman,
vestir y otros desnudos,
techarme y otros a pleno sol, lluvia
y sereno:
Es que el Quijote ha muerto.
Rocinante galopa sin jinete.
Mis Temores
Temo a la oscuridad,
a los relámpagos; a las crecidas
de los ríos y de los mares. A los volcanes,
los terremotos
y a los ciclones.
A que se oculte el Sol
o no salga la Luna, temo.
Temo a las guerras de rapiña
y al Terrorismo de Estado.
A la democracia burguesa,
a los políticos tradicionales
y a los traidores.
¡Es tanto a lo que temo,
que a morir temo de repente un día, sin ayudar
a enterrar a mis temores!
Eutanasia
Si alguna vez olvido
que las balas batistianas cruzaron a Armando
en el Puente de Boniato,
que Trillo es un monumental bloque de cemento
junto al mar de Santa Cruz,
que Casimiro fue cazado
en una traicionera calle de Managua
y Walsh, en una de Buenos Aires;
o que Roque Dalton fue asesinado dos veces
o que a Víctor Jara le quebraron la voz y las manos
o que el Ché se ocultó
para reaparecer montado en Rocinante
y no acumulo valor,
el suficiente,
hazme un favor: Mátame.
“Odio a los indiferentes”
Antonio Gramsci.
Poeta o Loco
Marca los días con saludos
y las noches con estrellas.
Cree que las balas
sólo matan a los malos y las bombas
vuelven ángeles a los niños.
Cree que el petróleo es luz
y no muerte.
Cree en la suerte y en la voluntad
para no morir de hambre.
Conserva sus ideas en el intestino, dice
que las libera por camino más corto.
Yo, por clemencia, digo que está loco,
él, se cree poeta.
Incomprensión
Ella decía: ¡Hola!
Y yo pedía: ¡Siempre!
Ella elevaba su mano abierta
y yo colgaba mi puño.
Ella vestía de plomo
cuando preguntó: ¿Adónde?
Y yo exclamé: ¡Cómo!
Pienso en ti, en esta madrugada.
Pienso en ti, en esta madrugada.
Ojos abiertos, calientan
cada palmo de cielo,
persiguen cada estrella o nave
que hurga en el espacio, confundida
entre la luz y la tiniebla.
Cada recuerdo quema.
Arde la leña
que creía olvidada.
En tanta soledad
las luciérnagas cantan, sí
cantan, ¿por qué no?
¿Acaso no cantan los grillos,
los búhos, las ranas y el hombre,
cuando tienen miedo?
... y desperté, cuando abejas volaban.
Tú te robas el viento
enredado en el pelo
lo ocultas en las manos
y en gaviotas que cantan
desde la profundidad de tu garganta.
Tu olor le silba a las abejas
y tu pecho alimenta colmenares.
La miel resbala por tu vientre
en busca de una boca que la salve
de caer
en el pubis que la espera.
Llamas las nubes cuando miras
y recibes la lluvia que te moja
los labios que en un sueño soñé
y desperté, cuando abejas volaban.
Agua pasada
Los días vendrán
unos tras otros
y yo, molinero,
estaré esperando el regreso
del agua
que un día al pasar
movió a este molino.
Penas ocultas
Conservo tu recuerdo como una espada
clavada, en el pecho de un torpe gladiador.
Lo conservo cosido a cada idea.
En cada sueño.
Lo oculto, en truculentos ingenios
y en claves y anagramas.
En doble pena.
Marinero sin barco
Marinero perdido,
la noche cubre a este medio planeta
y a la otra mitad no le interesas tú.
Te he buscado por ríos, por caminos oscuros y por lluvia
caída sobre tejados rojos y viejos ventanales;
por amor consumido, por puertos que arrinconan
las olas de los mares y por bares
eternamente abiertos.
En los ojos extraños te he buscado.
Marinero sin barco,
busco y no encuentro tu nombre
en mis cosas perdidas
ni entre esa ternura que se pierde
sola
como cuatro sillas cabezas abajo.
Mi tiempo
Mi tiempo es un colmillo, clavado
en medio del pecho.
En las pesadas piernas,
en los brazos caídos,
en las flácidas manos.
Mi tiempo es un surco
en la piel de la frente.
Un puñado de holas
y unos muchos adioses,
con unos cuantos pésames.
Mi tiempo viaja
en las ancas de un viejo caballero.
Manos
Escarban como raíces en la tierra.
Surcan el aire como palomas.
Golpean el viento como palabras.
Estallan la ira en una pared.
Plagio
A Miguel Hernández y a César Vallejo.
Por mis venas,
dijo,
corren tan solo penas. Y dejó
de jadear su reloj,
tras hallar el plomo.
Árbol Viejo
A mis viejos.
Poco a poco se desgaja este árbol viejo
las ramas van cayendo
por el tiempo
la débil savia que llega hasta sus hojas
las raíces podridas por los años
las sacudidas violentas de los vientos
las heridas recibidas por extraños
y los gusanos que carcomen desde adentro.
Se quiebran las ramas más queridas
las que ofrecieron sus mejores sombras
la primavera traerá nuevos retoños
que intentarán alimentar con sombra y frutos
como estas que han sufrido solitarias los otoños
y que vecinas ramas no amortiguan su caída.
Se muere este árbol
se pudre poco a poco
gajo a gajo en que me poso
pronto caerá con él
la enfermiza sombra y ajenos
son los árboles más próximos.
-Del Poemario “EN LA REDONDEZ DEL TIEMPO” (2007-09):
MIS AMIGOS POETAS
Mis amigos poetas
no están con los famosos en las antologías.
Mis amigos poetas odian la hipocresía,
le cantan a los duendes
y se mueren de pena por la muerte de un niño.
Mis amigos poetas apoyan las huelgas
y reciben balas
cuando disparan versos a la policía.
Mis amigos poetas están en las marchas
y cargan estandartes del Cristo de La Higuera.
Se oponen a las guerras y a las oligarquías.
Mis amigos poetas
jamás tendrán el Nobel.
¡TANTO ME GUSTARÍA!
A las victimas de los criminales bombardeos
del ejército israelí a la martirizada Gaza.
Me gustaría escribir de tantas cosas.
De la mecedora que entretenía a mi abuela,
del bastón de mi abuelo,
de la portada de mi casa,
del carruaje con imaginarias princesas.
De las primas
que de amor me ahogaban
con nueces y avellanas en cada navidad
o de la perra Cuqui, siempre tan fiel y cariñosa
o del gato que mordisqueaba flores.
Recordar en letras a Torito, aquel burro
indisciplinado, independiente. Tan libre
y soberbio hasta la mala voluntad del jinete.
Escribir, además, con porte de alma celestial.
¡Cuánto me gustaría!
Pero estos malditos desastres naturales
y estas terribles injusticias y guerras
roban mi libertad de pensar
en otras cosas.
HOMENAJE A NICOLA
Para Nicola Tommasoli, joven asesinado en el 2008 por neofascistas italianos.
No lo sabías Nicola.
No podías saberlo.
Ni siquiera imaginar
que en la Ciudad del Amor
encontrarías el odio
y la muerte.
-Y qué muerte-
Cinco tus torturadores, cinco
fueron tus verdugos.
Tu sangre, Nicola,
cubre a Verona.
Cubre a Romeo y a Julieta.
Verona, ahora es Nicola.
NO DEJARÉ DE SOÑAR
¡Cuánto duele pensar, recordar cosas!
Lamentar lo que pudo haber sido
y no fue.
La osadía congelada por el miedo
trocó los anhelos por quimeras.
¡Cuánto soñar, creerse cosas!
Atracarse a la fe, idealizar los tiempos venideros.
¿Para qué volver por el camino andado
y tropezar nuevamente con las culpas
si no puede regresar la circunstancia, el tiempo?
¿Para qué soñar cuando falta la fuerza
que convierte en realidad las utopías?
Sin embargo, hasta Hiroshima vive.
APOCALIPSIS
A los damnificados del huracán “Gustav”. Agosto/08.
Las rosas y los girasoles
están muriendo,
los pájaros y los peces
son menos cada día.
Los glaciares se derriten
y la tierra se seca o se inunda.
Los huracanes matan y empobrecen aún más.
Crece el hambre y las muertes evitables.
Los del Norte gritan que la culpa es nuestra.
Nos acusan de intentar sobrevivir
y de entretener la miseria copulando, sin condón.
Los del Sur sabemos, que es el egoísmo y la avaricia de ellos
la que viste de luto al Planeta.
Dicen que veremos caer a los ángeles
porque el cielo está lleno de huecos.
RUPTURA
Rompo la puerta
que me enmudece
y me olvida.
Rompo la cuerda
el lazo
y la rama que lo sostiene.
Rompo el rayo
que alumbra
cuando apetece.
Rompo la fe
y las imágenes.
Rompo el reloj.
CONSEJO PARA VIDENTE.
Si un ciego
dos ciegos
o varios ciegos
no quieren ver
dicen no ver
o no pueden ver:
Retírele el bastón. Los golpes enseñan,
dice el refrán.
No permita que uno
dos
o varios ciegos
con sus golpes derrumben
la casa construida
por ciegos y videntes.
LA PRUEBA
Para Pablo Armando Fernández
La Prueba, no es Delicias:
Con humo en chimeneas,
olor a miel de caña y a cachaza.
La Prueba no es poeta,
no tiene a un Pablo Armando
que la ventile al mundo,
con su luz y lealtad.
La Prueba es un pueblo
de caballos y espuelas,
de polvo tras las ancas y casas empolvadas.
De bares y machetes,
de circo y de tiovivo.
La Prueba son tres calles.
La Prueba fue rebelde,
lo cuentan sus caminos,
sus vivos y sus muertos.
… YA LO TENGO Y NO LO CAMBIO
Cuando alguien se preocupa por mi libertad,
mi democracia,
y mis derechos humanos,
y a cambio me ofrece lo suyo,
pregunto a vuelo de pájaro
desde mi in liberta ingenuidad:
¿Cuál libertad?
¿La de los criminales de la “Operación Cóndor”?
¿La que gozan asesinos, corruptos y terroristas en Miami?
¿La de torturadores y desaparecedores
o la de los torturados y desaparecidos?
¿La de la obediencia debida
o la de las Madres de La Plaza de Mayo?
¿Cuál democracia?
¿La imperial democracia romana,
con césares, cónsules y patricios?
¿La de los políticos millonarios?
¿La de los corruptos y ladrones
de las riquezas nacionales?
¿La de Collor de Mello, Alemán, Fujimori , Toledo,
Moscoso, Menen, y tantos otros?
¿Cuales derechos humanos?
¿El de ser pordiosero o estar desempleado?
¿El de morir de hambre
o por falta de asistencia médica?
¿El de borrar en el parabrisas de un auto
el derecho de todos a la enseñanza?
¿El que eleva a las mujeres a la plena igualdad con el hombre
o el que obliga a muchas a vender el alma, para salvar el cuerpo?
¿De qué libertad, democracia y derechos humanos hablamos?
Todo está en un solo derecho: El Derecho a la Vida, ya lo tengo
y no lo cambio.
¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena?
Miguel Hernández, poeta español.
LA LISTA
A Cristina Villanueva.
Era un nuevo siglo
y un nuevo milenio
y todo parecía
que el Mundo cambiaría,
pero no:
Los Heraldos de la Muerte
continuaron soplando sus trompetas.
Hordas criminales llegaron al Oriente:
Afganistán, Irak y prosiguieron
su vuelo de vampiros insatisfechos.
Miles, cientos de miles,
de muertos y mutilados.
Cientos de miles, millones,
de gargantas reclamando paz.
Pero a esos señores de la codicia,
de la guerra,
no les importan ni las muertes
ni las voces.
Roban, torturan, asesinan,
en nombre de los dioses y los imperios
y regresan a la paz de sus remansos.
Los elefantes pasan por el ojo de la aguja.
Nombres
de niños y adolescentes asesinados en Gaza.
¿Con qué honor se lavará esa sangre?
¿Cuántos niños y adolescentes más
serán sacrificados en el altar de la Diosa de la Guerra?
¿Cuántos más en el altar del Hambre y la Miseria?
Tú, que todo lo ves, según me dicen,
¿Cuántos rezos y ruegos cuesta
el castigo a sus verdugos?
No respondes. Pero llega la respuesta:
¡La justicia tendrá que cargarse a nuestra cuenta!
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