viernes, 10 de abril de 2009

MATIAS YGIELKA RIMBAUD, URUGUAY, CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, 7 DE MARZO 2009

“En la noche”

Los pasos se hamacan en el silencio inmune.
La calle transitada que ya no lo es más.
Y sus veredas, llena de transparentes pasajeros.
Solo una espesa brisa,
y un aire a que todo esta dicho,
… explicito y ancestral

La mente de un triste muchacho silbando entre lo eterno y lo común.
Las lagrimas que esconden los árboles
entre el brusco pasillo de la calle.
Oscura, plenamente solitaria.
Buscándome.
Donde mis pensamientos se deslizan y se arrastran.
Cantando la gloria de la adormecida naturaleza.

Brota la paz de la tierra.
Como a veces brota ese estupido dolor que me agobia.
Y que calma,
cuando mi demencia estimulada se pasea en una fresca noche como esta.
Cuando el mapa de angustias descansa.
Y el inefable ritmo de mentirosas respuestas,
se cuelan,
en la simple sonrisa de lo inexplicable.



Para Lelio Gurruchaga.

Reposa bajo el contorno nocturno del árbol;
y siente amor, simplemente amor.
Su pecho se expande como las palabras que se juntan hermosas.
Enramando el más bello chañar en flor.

Que todo el éxito sea tuyo en este nuevo encuentro; con “Lecho de piedras labradas”

Un gran abrazo desde mi lecho, aquí, en Montevideo, Uruguay.

Matías Ygielka Rimbaud.









(Aquí agrego algo más por si quieres publicarlo en el blog)


Caníbal

Un troglodita infame me mira,
y todos mueven sus cabellos hacia otro lado.
“Es el momento de sentirte perdido”; pensé,
si nadie soportas a tus costados.
Los bancos alineados,
blanquitos que despegan hacia la opción correcta.
Mendigos de sexo, de putas, de treguas.
La tripa me cuelga y los espanta.
Sangra a chorros y todos la miran.
La odian y la aman.
¿Será como la muerte?
… eso lo explicaría.
Y la promesa que habíamos esperado se derrama.
Nadie nos salvaría y no me había dado cuenta.
Mi caricia ahora es sensata,
desnuda vacila sobre la mesa.
Eyacula, se hace gigante
El dios hizo carne y yo la mastico.
Como caníbal.

“Shock life”

Habían cercas y olor a podrido, y estigmas de la decadente revolución de las máquinas.
Claro era el camino recorrido por tormentos frívolos y decisiones de visionarios;
otro parche vivo de la razón instrumental.
Cabal era mi paso despistado, protestando ahora con la presencia, y la demencia del sol en mis parpados; truncos, por recorridos borrachos.
Mi inconciencia frotaba en su paisaje húmedo el pedregullo encaminando mis pasos.
Y el olor inmundo dueño del calor de las ausencias.
Amontonada de misma canción. Se reproducen hasta las presencias
Y el crepúsculo incandescente trota en mi enojo como un sueño tibio de algún genio perdido, como algún pedazo de tierra virgen, que aún, respira en libertad.

--.—

El error de un pasado que dices…
¿Puedes venir aquí y besar ahora mi boca?
¿Quién hará hoy de consuelo extraordinario?
Mientes.
Tus ojos son miles.
Miles son solo ahora.
Labios huirles.
Beban.
Sequen el último mar.

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