ALBERTO DÍAZ
Gracias por tu selecta invitación. Mucho me gustaría estar con ustedes en el café, pero... NO es posible, a cambio de ello me atrevo a enviar este soneto que pongo a su consideración de leerlo o no.
DEJA SEÑOR
Deja Señor disfrutar tus bondades
y amor que me brindas sin condición,
porque tù amas para dar redención
al hijo que se pierde en vanidades.
Deja rtespirar la brisa y aroma
de tus aguas del mar en movimiento,
sentir en mi piel el roce del viento
que me da vida, cuando el sol asoma.
Deja extaciarme en la bella bahía
incomparable de Santa Lucía,
con sus blondas olas y blancas espumas.
Donde el lento viento acaricia y besa
la piel dorada, perfumada y tersa
de beldades flotando entre brumas.
diba tauro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario