lunes, 29 de diciembre de 2008

CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, JORNADAS 29/11 , 27/12, GUSTAVO TISOCCO, MOCORETÁ , CORRIENTES, ARGENTINA

Gustavo Tisocco nació en Mocoretá –Corrientes-.
Tiene publicados cuatro libros "Sutil", "Entre soles y sombras", "Paisaje de adentro" y “Desde todos los costados” y tres CD "Huellas", “Intersecciones” y “Corazón de níspero”, además de diversas antologías gratuitas en diversas partes del mundo como Argentina, España, Chile, México, Colombia y Perú.
Recibió varios premios donde se destacan PRIMER PREMIO DEL CONGRESO DE MÉDICOS ESCRITORES en el año 2004 y 2006 respectivamente, PREMIO REVELACIÓN A LA CALIDAD LITERARIA en el encuentro “Buenos Aires Poesía-Reunión de voces” llevado a cabo en Buenos y “REVELACIÓN DEL TERCER ENCUENTRO DE POETAS LATINOAMERICANOS” –Villa María, Córdoba- ambos en el año 2007.
Asistió a eventos literarios nacionales e internacionales.
Poemas suyos fueron traducidos al catalán, francés, alemán, portugués, italiano e inglés.
Su obra es difundida en diversos medios gráficos, cibernéticos y radiales.
Actualmente dirige http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com

Su blog personal http://poemasdegustavotisocco.blogspot.com

poetaypoesia@hotmail.com

EL FOSO


Niña
afuera llueve,
no te acerques al aljibe
que puedes caer al foso.

El foso es penumbra,
humedad y tragedia.

Niño
afuera hay sol,
no te acerques al aljibe
que puedes caer al foso.

El foso es para suicidas,
ladrones y asesinos.

Madre estamos ya en el foso...
aquí hay cadáveres honestos,
sueños desechos, hermanos torturados.

Rescátanos
y desenmascaremos juntos a los duendes verdes
que habitan entre flores.

PARA ESCRIBIR UN POEMA DE DIEZ HECTAREAS

Para escribir un poema de diez hectáreas
tendré que convocar a todos los peces,
al mago que deambula en las noches,
al aroma de pan horneado,
a la espuma del mar.

Deberé resucitar a los que me dejaron,
retornar barcos encallados en la brisa,
zafiros y esmeraldas,
al niño que soñaba con ser espantapájaros,
al viejo campanario, al andén del pueblo aquel.

Pondré el nombre de mi madre,
los fantasmas de mi gente,
una gota de río, la caricia del sauce.
De la más ínfima hierba la fragancia,
del rompecabezas los enigmas
y de los ojos del ausente las plegarias.

Un poema de diez hectáreas insume tener frío,
dejarse llevar como una veleta,
despertar en el tango que nos desnuda,
ser cometa, buzón, arquero.
Que nos deslumbren los cuentos de sal,
el vuelo del colibrí,
y las estatuas en su jaula.

Que tenemos un país herido no debo olvidar,
que hay abuelas que esperan y
una isla llena de lápidas y voces en la bruma.
Que el Crucificado sigue siendo crucificado,
que se mutilan a diario tantas alas,
que se ríen en el norte de los que pernoctamos aquí en el sur.

Y cuando me falten palabras para las diez hectáreas
acudiré a tu nombre, tus pies de duende,
a tu beso, tu sexo enhiesto,
tu mirada verde, a tus dudas y certezas,
a tu valle encantado,
a tu insomnio, a tu alcohol.

Sólo ahí nacerá el poema,
grito extendido
inmortalidad cierta.
COMO SERÁ VIVIR EN UN HUECO?

Yo que nací acunado por Apolo mientras Afrodita disipaba mis primeros gemidos, que fui de todos los cosmos una constelación, río de agua clara, erupción y volcán.
Que corrí entre alfombras bordadas en perlas, que divisé todo el horizonte que siempre fue mío, que amotiné pavos reales para estar cerca de la belleza. Que jamás sucumbí al vino traicionero ni me dejé llevar por tesoros ofrendados.
Yo que traspasé la barrera del infierno y sucumbí al olvido de los Dioses. Yo el amado por tantos hombres en celo, tuve tantas bocas como estrellas en mis ojos, tuve manjares,
abanicos en mi rostro, retratos en mis paredes.
Por mí guerras y fronteras afloraron al mundo. Hubo altares, sacrificios, ceremonias y sumisos duendes. Por amarme muchos fueron incinerados y aún así me sueñan cada noche tantos brazos.
Yo que tengo la palabra precisa, el acorde certero, la mano tersa, que transito pasillos espejados y suspiro jardines perfumados, yo me pregunto desde siempre:

¿Cómo será vivir en un hueco?

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