Venganza
Se quitó sus hechuras de luto y se vistió de venganza.
La gitana ya no llora sola por las madrugadas.
Tiene en sus ojos el fuego del volcán de su mirada,
y desanda por las noches el camino de la Alambra.
Al que ha matado a su hijo, busca en tablaos y cuevas.
Solo sabe que ese hombre tiene en la frente una marca.
Sus palabras, pensamientos, ella justicia reclama.
Se sabe que un perseguido solo en la tumba descansa.
Un gitano temeroso huye y sus miedos derrama.
Levanto siete columnas. Construyo siete murallas.
Se maldijo siete veces, y anduvo en siete montañas.
Pero un siete de Julio se cruzó con la gitana.
Bajó sus ojos al suelo, ella fijó su mirada,
en la frente de aquel hombre, que se encontraba marcada.
En lo negro de la noche, brilló el filo de una daga,
cruzó el aire con premura y se enterró en la garganta.
Siete rosas en el pecho, rosas rojas como lanzas,
atavíos de la camisa del gitano en la alborada,
se incrustaron en el pecho como joyas engarzadas,
por las manos elocuentes de pasión enajenada.
DEL LIBRO FRIDA, PÍNTAME UNA POESÍA
FRIDA A DIEGO, DIEGO A FRIDA
Yo sé
que este nuestro amor
no ha sido construído
sobre soportes pictóricos.
Lo edificamos
sobre hechos cotidianos y domésticos.
Aún así
te dedico mi arte.
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