miércoles, 1 de octubre de 2008

CAFE LITERARIO LUZ Y LUNA, JORNADA 27 SEPTIEMBRE, RAQUE PIÑEIRO MONGIELLO, FUNES, ARGENTINA

CON EL PUDOR

Se ha enamorado

el día de su tristeza

y estremecido

con el pudor

de la lluvia virgen,

teje en el patio

su lenguaje de pan.


Y DEJA DE LLOVER

Todo un tiempo desparejo

apuesta recostado

y nadie lo ve;

tiene un miedo torpe

temblándole en los almanaques

y siente otros modos

- que no olvida -

entonces

observa multitudes

humedecidas de tristezas

que a grandes pasos

caminan por la ciudad

con los mismos gestos,

y deja de llover

y el cielo se desbarata;

una turbulencia de nubes

se apaga,

Octubre escribe

abrazado a su sombra;

ya es tarde,

pero él, sigue repitiéndose.

NUNCA

Nunca hubo ni compra ni venta de palabras

tampoco pais para hacerlas desaparecer,

la mente celebró siempre su tono mayor,

e hizo puentes con ellas,

a veces, las mojó de lágrimas,

otras, con el rocío de un rezo,

hasta que se dio cuenta, como nunca,

podían quedar en el pecado del olvido,

porque rebeldes, sutiles y guerreras

son dioses sin nombres, defendiendo

la revolución de un epígrafe clave,

pero letal cuando decide apostar

a dos puntas, si es necesario,

y decirle al mundo,

que podrán disfrazarlas,

volverlas tontas, oxidada

y hasta irreproducibles,

pero no podrán quitarles,

ese ojo que mira, desde cualquier sitio,

resiste, comprende la mugre

de cuerpos y manos destruyendo alientos,

todooooooooo,

menos el grito que ellas jamás abortarán

LOCA

Cuando hago un viraje

y me entrego en sueños furtivos

que desnucan mi cerebro

loca,

porque entre lavado de platos,

y ropa sucia,

uno pretende ser una vibración

en el músculo de la rutina,

loca,

por los genes que alumbrando

mis acciones me dejan estar

en mi epicentro.

Loca, por esta herencia

de poeta o no

pero donde pulsan todavía

las ganas de tener

un misterio a mis pies.

Loca, por ser insistente

y golpear muy fuerte los puños,

cuando veo venir el dolor,

mío y de los otros.

Loca, por dejar que se desaten

todos los ojales de la vida,

para merecer menos indiferencia.

Loca en lo que escribo, pienso

y hago, cuando secuestro mis voces

y todo un galope de latidos

hace su reverencia.


RAQUEL PIÑEIRO MONGIELLO

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