miércoles, 1 de octubre de 2008

CAFÉ LITERARIO LUZ Y LUNA, JORNADA 27 DE SEPTIEMBRE, OSVALDO RAMÓN MOLINA SANTA FE, CAPITAL, EDAD 20 AÑOS

Donde...


Donde encontraremos un lugar en el que nos permitan volar?
Existir por completo, sin nada que nos puedan reprochar.
Reprimir odio, amor y tristeza nos puede lastimar,
Reinventa la sonrisa del cada día, aprendiendo a continuar,
Aprendiendo la forma mejor de soñar.
Mirar el futuro mucho nos puede ayudar,
Animarnos a todo sin parar de soñar.
Nunca el pasado hemos de olvidar,
Debemos el futuro a un presente pasado
Olvidarlo es negar que hemos avanzado.

Ganar, perder, tantas cosas nos faltan por ver,
Otro día más para reconocer,
Todo lo que nos falta por crecer,
Aprendiendo a disfrutar cada nuevo amanecer.

Ansío cada momento aunque sé que ha de perecer.

Gritar, saltar y sujetar el viento al pasar,
Olvidando el temor a que se pueda escapar,
Tener paciencia nos ayuda a esperar,
Anhelando el momento de su regreso para atacar.

Tal vez la vida te pueda decepcionar,
Ocasionando en tu alma gran pesar.
Debes recordar que al despertar,
Otra oportunidad tendrás para tus sueños realizar.

Traspasa las barreras de la razón
Utilizando siempre la ineludible brújula del corazón.

Donde encontraremos el tan esperado lugar?
Olvidemos ya que un sitio debemos buscar,
Lleguemos de una vez a entender,
Oigamos el sonido del silencio al vacilar,



Triste Humanidad

Debilidad que en mi fuerza dormita,
Enhebrando lagrimas mi dolor suscita,
Jaez infinita de quien caer necesita,
Almacenando derrotas mi corazón palpita.
Narcótico azar, dueño de toda causalidad,
Dividendo inherente a nuestra ingenua humanidad,
Opaca todo sentimiento con su cruel ruindad.

Séquito de la eterna ignorancia,
Albúmina que alimenta la creciente avaricia.
Nace, crece y se desarrolla,
Grita, llora pide que alguien la socorra,
Resistiendo una y otra vez la modorra,
Apegándose a la deshonra,
Renace la conciencia en la eterna mazmorra.

Sentido a sentido hemos perdido,
Ultrajando la inocencia con nuestro descuido,
Saboreamos lo que ha perecido.

Hirsutas resultan nuestras creencias,
Escamando la tan verdadera falsedad,
Revestido en una fulgurante mezquindad,
Ilusiones rotas desprecias.
Dueños fuimos de la sentencia,
Arrogante fervor de la falencia,
Socava nuestra natural esencia.

Excepcional origen de la perdición,
Necesaria se hace la congruente traición.
Taciturnos ruegos soltamos con alevosía,
Incubando en nuestro corazón renovada felonía.


Respondiendo a nuestras dudas sin resolver

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