POR MIS MÉDULAS
Hoy, despido las astillas
para que dancen por médulas
humores liberados,
los derramo entre las manos
y eternizo el minucioso goce
de lejanías rescatadas.
Más allá un escenario de pentagramas
agita gritos;
lavo entonces memorias,
vago por mis asombros
y pongo a colgar nostalgias,
le digo adiós a los miedos;
tráslucida camino en oración
y aún con desaciertos
trato de ponerme en el lado justo
de un claro amanecer.
Hoy, volaré con todas mis entregas.
Raquel Piñeiro Mongiello
Soy el oleaje del mar
en la puerta del sol
sosteniendo
este vuelto de moneda
que gira,
llama al futuro
y lo habita
en la materia hablante
de sollozos involucrados
en las sales de una orilla
que oscurece ocasos
cuando le duele la tarde.
Desparpajos
tienen pasajes
para un nuevo lenguaje
y en forma decidida
cumplen sus pactos;
es que alguien llama
ausculta necesidades
de sueños venidos
en maternidades
de horas anunciadas
en órbitas de lluvias
que lavan sus lágrimas.
Nunca supe
si desarticular el cielo
era una buena medida
para aterrizar
en lo imcompleto de mí,
que no tiene tiempo para callarse
y aúlla e inventa
a cada rato
nuevas pausas
para otro desborde
tutelado de palabras
que no exfolien,
los versos que me tocan.
Raquel Piñeiro Mongiello
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